Los paisajes del Fin del Mundo sorprenden de múltiples maneras, el cruce de los Andes, buceo en naufragios y travesías al Canal Beagle son sólo algunas de las maravillas a experimentar.Explorar la isla a caballo en la inmensidad de la estepa, atravesar valles entre montañas o seguir sus costas y extensos turbales. Recorrer el Parque Nacional Tierra del Fuego y algunos de sus ríos y lagos en canoas, caminar por puentes colgantes y lanzarse en tirolesa a los pies de un glaciar milenario. En Tierra del Fuego la aventura no tiene límites y se da en un escenario privilegiado, durante todo el año y para todo tipo de público.Frondosos bosques de lengas, ñires y coihues reciben a los visitantes ávidos de practicar senderismo. Suben más allá del límite definido por los árboles, donde los glaciares dejaron sus huellas en la tierra y resulta irresistible el deseo de tocar la nieve eterna. En el camino, asoman espejos de agua color turquesa, cruzan arroyos con presencia de minerales de origen glaciar que invitan a detenerse para, de paso, degustar pan de indio o algún calafate silvestre. El aroma de la vegetación se mezcla con el aire puro y respirar es un placer que parece renovado.La sensación de pisar la esponjosa y húmeda turba es la de estar caminando sobre una alfombra mullida, y andar junto al mar sella en la memoria el paso por el Fin del Mundo. Atravesar a pie los paisajes tan distintos, desde la estepa en la zona norte de la provincia hasta el Canal Beagle, y experimentar el cruce de la Cordillera de los Andes en el extremo sur del planeta, vuelven al senderismo en este lugar algo memorable y único.A pocos minutos de Ushuaia se realizan circuitos cortos y accesibles; alcanzando glaciares y puntos panorámicos inigualables, además de vistas de la ciudad enmarcada entre el canal y las montañas. Para los que quieran explorarla se destacan los senderos en la laguna Esmeralda, el Parque Nacional, el Corazón de la Isla y los pasos Bridges y Beban, donde hombres y mujeres romper las barreras de sus propios desafíos.La equitación por circuitos predeterminados o en excursiones permite descubrir lugares inaccesibles en las cercanías de Ushuaia, Tolhuin y Río Grande, donde el sonido de los cascos de los caballos sobre las diferentes superficies se funde con el de los pájaros carpinteros trabajando. Una excursión en 4×4 corona cualquier vivencia. Sobre todo el momento del cierre, con una picada, un cordero y vino en la costa del lago, en un cálido refugio o en el bosque, según la temporada.Cada estación del año permite vivir Tierra del Fuego de una manera particular y, si no se desea acampar, hay diferentes hospedajes: todo está preparado para la aventura. Curiosamente, sólo es necesario llegar al fin para decidir por dónde empezar. Simplemente imperdible.Fuente: www.viviargentinar.tur.arCómo llegarA Tierra del Fuego se llega en avión al aeropuerto Internacional Malvinas Argentinas, a tres kilómetros de Ushuaia, o al de la ciudad de Río Grande, a cinco kilómetros. También en ómnibus o en auto, por la ruta nacional Nº3.Mountain bikeEsta actividad vuelve a los visitantes cómplices del paisaje del bosque subantártico por caminos costeros. Es posible viajar en el tiempo y conocer estancias históricas, conversar con antiguos pobladores; contemplar los “concheros”, vestigios de la antigua etnia de la zona y, en el corazón de la isla, zigzaguear entre el cerro Jeujepen y el lago Fagnano, y visitar Tolhuin, un singular paisaje donde las montañas se fusionan con la estepa fueguina.Sumergirse Sus profundidades albergan afloramientos de rocas, fantásticos bosques de algas, infinidad de cangrejos y las preciadas centollas; y más allá del paisaje natural atrae a buceadores por los numerosos naufragios que resisten llenos de historias. Durante cualquier época del año se puede descender con un equipo adecuado y en compañía de un buzo profesional (en invierno la visibilidad alcanza unos 20 metros y en el verano solo llega a 7 metros por la cantidad de sedimentos de deshielos) para descubrir lentamente lo que esconden las profundidades, admirar a la fauna y tocar las algas en medio de la inmensa transparencia.CanotajeNavegar también es posible, al estilo de los yámanas, en kayaks o canoas, en el Parque Nacional y hacia la Isla Gable por el Canal Beagle. En el bosque tupido y al pie del glaciar Martial, también con vistas al canal, se vive la sensación de volar entre los árboles en un circuito de canopy o tirolesas, en recorridos cortos y largos que se combinan con puentes colgantes.
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