Señora Directora: Los juicios negativos hacen estragos en la autoestima del niño. Los sentimientos negativos que se expresan y aceptan pierden su poder destructivo. El niño que cree que es malo conforma sus acciones a ese juicio. Desempeña el papel que le han asignado. `Cuanto peor se comporta el niño más se lo reprende, así aumenta su convicción interna de ser malo. Los padres quieren que sus hijos sean felices deben valorarlos. Sólo podrán ser felices en la medida que se hallen exitosamente comprometidas con otras personas, para lo cual necesitan de una autoestima alta. Por lo general, cuanto peor es el comportamiento de un niño, mayor es el anhelo de aprobación; cuanto más retraído u ofensivo, más necesita amor y aceptación. Cuanta más defensa cree, menos aprobación tendrá, y así cae en un círculo vicioso que se transforma en su propia celda. Las cárceles están llenas de personas que solo tuvieron espejos negativos de sus vidas. La paternidad y maternidad significan nutrición, dar las comidas psicológicas que les sirvan para desarrollar su autorrespeto. Pero nos nutrimos con lo que abunda y no con lo que escasea. “El niño necesita que se lo valore al margen de sus logros”. Hay que brindarles tiempo, pero con una presencia interna, presente. La neurosis florece cuando el niño se siente inseguro. Su sentido de éxito es la clave de su confianza, alimenta la convicción de que tiene algo que ofrecer y esto lo impulsará a realizar nuevos esfuerzos. Sacado del libro: El niño Feliz, de Dorothy C. Briggs
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