Las obras del célebre cantautor misionero están impregnadas en el escenario natural que tantas veces lo acogió. Familiares del célebre artista, propietarios del lugar, han puesto su nombre a la cascada, para que su recuerdo permanezca al igual que su música. La chacra de la familia Delebecq tiene una importante superficie, pero son cinco hectáreas las que se han preparado para compartir con los visitantes. “Muchas veces estuvo Teodoro Cuenca en este lugar, era una cita que se repetía con los músicos de la zona” comentó a Primera Clase César Delebecq a cargo del emprendimiento turístico.El camping Salto Teodoro Cuenca se encuentra en el municipio de Campo Ramón. Ubicado a seis kilómetros de la ruta provincial 103, está perfectamente acondicionado para un día de contacto con la naturaleza como así también para quienes deseen instalarse y disfrutar varias jornadas de la tranquilidad del lugar. El sector para carpas se suma a las tres piletas naturales, una de ellas a los pies del salto, parrillas, mesas, cancha de fútbol, cantina y proveeduría, entre otros servicios, son parte de la oferta.Cesar Delebecq junto a su esposa Marilyn, sus hijas Priscila (13) y Mayra (11), cuñados y hermanos, decidieron explotar el lugar como atractivo turístico. “Es un emprendimiento familiar que encaramos con mucho esfuerzo. Creímos que debíamos compartir con la gente lo maravilloso del lugar” expresó su propietario.Distante quince kilómetros de la ciudad de Oberá se accede por camino terrado una distancia de seis kilómetros desde la asfaltada ruta 103. “A través de un convenio de Vialidad Provincial con la Municipalidad el camino está en muy buenas condiciones. Ahora queremos ver si hay otro tipo de créditos para seguir mejorando el lugar y por sobre todo el servicio”, señaló César Delebecq.El costo del ingreso es de treinta pesos, menores de doce años deben abonar el seguro únicamente, que tiene un valor de diez pesos. El estacionamiento de vehículos cuesta 20 al igual que las carpas por día. “Estamos dando nuestros primeros pasos, es imposible todavía pensar en vivir únicamente de esto, pero ese es el sueño a futuro” confesó César quien además se desempeña como chofer del transporte urbano de pasajeros en Oberá. “Recibimos muchos visitantes y si alguien necesita algo que no tenemos yo le traigo del pueblo ya que debo salir a diario” subrayó.(Colaboración: Gladys Acuña)
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