La respiración se sucede aunque nosotros no prestemos atención. La respiración es lo que hace que el aliento divino entre en nosotros y nos mantenga con vida.Dicen lo yoguis que nuestra vida debería ser medida en respiraciones y no en años ya que, a través de la respiración, podemos nivelar nuestros estados de ánimo.Si han observado, se habrán dado cuenta de qué manera las emociones interfieren en nuestra respiración.Nada más de entrar en un estado alterado y lo primero que sucede es que se corta nuestro flujo uniforme de respiración.Cada vez que algo nos inquieta, nuestra respiración se modifica y, así, la cantidad de oxígeno que llega a nuestro cerebro se modifica. Te propongo que simplemente observes tu respiración. Justamente ahora que estás leyendo. Toma dos o tres respiraciones profundas, cierra los ojos y luego continúa.¿Qué cambió? Todo afuera está igual… lo que cambió es tu ritmo interno. Tu manera de percibir.No hace falta en un primer momento ninguna técnica, ya que estarías incorporando algo nuevo sobre lo que ya traes y, para poder modificar, primero tenemos que ver qué tenemos, cómo somos.Por eso te sugiero que simplemente observes cómo es tu respiración.¿Respiras con el pecho o con el abdomen? ¿Utilizas toda tu capacidad pulmonar o solamente una parte? ¿Entra poco aire? ¿Necesitas suspirar cada tanto? Si entra más aire del acostumbrado, ¿necesitas bostezar?Todo está bien, sigue adelante con lo que estás haciendo. Es cambiar el aire y eliminar el aire tóxico que está dentro tuyo, eso que has acumulado y no necesitas. Sigue, no te detengas. Incorpora un hábito nuevo. Sigue… el aire es vida, el aire puro renueva nuestro estado interno y la calidad de nuestros pensamientos.Ahora sí , una vez que te has observado y sabes cómo es tu respiración, te propongo que coloques las manos en tu abdomen inferior y trates de que el aire llegue tres dedos abajo del ombligo… puede ser que no lo logres pero, con un poco de práctica, vas a abrir espacios dentro tuyo, respira tres veces en tu abdomen inferior.Luego lleva las manos al diafragma (lugar donde se asientan las emociones); haz lo mismo, respira tres veces en el diafragma, expándelo.Suave. Tomate tú tiempo.Ahora lleva las manos al corazón y haz lo mismo. Respira tres veces y expande tu pecho. Puede ser que bosteces, está bien. Sigue. Sentirás que algo cambia, se está yendo lo tóxicoAhora trata de unificar las tres respiraciones. Comienza, al inhalar intenta que el aire llegue al abdomen inferior, sigue, pasa por el diafragma, sigue, llega al corazón y exhala. Otra vez, como si fuera el movimiento de una ola, inspira suave, lento, profundo y exhala de la misma forma. Haz lo mismo. Tres veces.Ahora observa, sin interferir, observa como entra y sale el aire. Aplica la mente a la respiración, sigue, no dejes que tu mente vaya a otro lado. Aquí y ahora solo observa tu respiración.Recuerda… trata de respirar.Simplemente trata de parar tu actividad externa en algún momento del día y respira. Tan solo respira tres veces profundo. Esto te lleva menos de un minuto.¿Dosificación? Tantas veces al día, como necesites.Tu respiración es tu aliada y, a través de ella, llegarás a detener tus pensamientos.Trata de poner ésto en práctica, te acompañará toda la vida. ColaboraPatricia [email protected] Facebook: Patricia Monica Couceiro 3764 829015
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