Señora Directora: Aunque afortunadamente este año aún se está lejos del número de casos que castigaron la Provincia en el verano pasado, la prevención del dengue (y ahora el zika y la chikungunya, como nuevas amenazas) para nada debe descuidarse. La descacharrización y limpieza de patios siguen siendo las dos herramientas principales para ese combate; al que también cabría agregar fumigaciones periódicas en las zonas de mayor presencia de mosquitos Aedes aegypti.Por eso no puedo sino expresar mi satisfacción por la visita que he visto se está realizando a las casas en distintos sectores de la ciudad, inspeccionando las condiciones sanitarias y la existencia de fuentes de riesgo, así como distribuyendo folletos con información sobre cómo prevenirse. A lo que se suma la recolección desechos domiciliarios como cacharros y otros elementos que podrían convertirse en reservorios para la proliferación de los mosquitos.Creo que esa campaña es indispensable y necesaria, quizás más que cualquier otra medida que excluya al vecino del propio control de lo suyo y, en especial, de lo que puede constituirse en un reservorio para la propagación del mal que, según algunos médicos, ya es endémico en la región. Como tampoco se observó todavía brotes incontrolables como se vio hace un año en el Nordeste Argentino y en países vecinos como Paraguay y Brasil. Sobre todo en este último donde hizo estragos –lo hace cada año–, especialmente a partir de la eclosión del zika con sus consecuencias nocivas como la microcefalia en los recién nacidos.Ojala estas medidas de concientización y prevención se sostengan permanentemente en bien de todos.
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