Unas 23 familias del barrio Paticuá de esta localidad vienen reclamando el acceso al agua potable, principalmente, y también a todos los servicios básicos como luz eléctrica, veredas, caminos y recolección de residuos. Increíblemente, en pleno siglo XXI, estas personas aún viven situaciones desesperantes por la falta de agua potable con todas las consecuencias que el consumo de agua no verificada les trae a sus familias. En el barrio Paticuá, llevan más de tres años pidiendo tanto al Municipio como a la Cooperativa de Electricidad Eldorado Limitada (Ceel) que les habiliten, por lo menos canillas públicas, de donde proveerse del vital líquido, medidores de luz para tener acceso a la electricidad y que la Comuna los integre al cronograma de recolección de residuos. Pero hasta ahora, nadie les dio respuestas. El barrio se encuentra a unos dos kilómetros de la zona urbana de la Capital del Trabajo, y a pocos metros del río Paraná. José Luis Fuentes es abogado y desde hace un tiempo ayuda a los vecinos en sus pedidos. Contó a PRIMERA EDICIÓN que “no tienen luz, ni agua, su principal problema es el agua, tienen unas nacientes de donde sacan el agua, pero en verano se secan o están muy contaminadas. Ellos hace dos o tres años vienen realizando un proceso de organización de comisión barrial, elevaron pedidos a la Ceel y allí les dicen que tienen que habilitarlos el Municipio, enviaron pedidos y tampoco tuvieron respuestas y fueron al Concejo Deliberante. Los recibieron, hubo algún compromiso de instalar canillas públicas, pero tampoco se avanzó y nuevamente los encontró el verano sin soluciones. Incluso ellos presentaron los certificados de la doctora del Caps que trabaja en el barrio donde deja constancia de los problemas que sufren por la falta de agua potable. Ellos tienen ahí muchos niños con bajo peso, y también con problemas de piel, esto último a causa del agua, y todos los problemas que acarrea no contar con agua potable”, indicó Fuentes. Felino Alarcón es el presidente de la comisión vecinal del Paticuá. La misma se conformó como requerimiento fundamental para elevar los reclamos al Municipio, que hasta el momento nunca se acercó para intentar, al menos, ver qué se puede hacer para que estas familias accedan a un elemento tan vital como es el agua potable.Alarcón indicó que “todos sabemos que es un elemento indispensable el agua, tenemos muchos chicos acá en el barrio, chicos con discapacidades, niños que están en el Programa Hambre Cero, y no tenemos agua. Somos unas 23 familias. Acá nosotros tenemos tres nacientes y de ahí sacamos agua para consumir, pero en verano se secan las nacientes y tenemos que traer agua del río, el agua no es apta para el consumo, los vecinos se enferman, los niños tienen diarrea, heridas en la piel. En mi caso, dos o tres veces por día tengo que acarrear agua desde unos 300 metros, los médicos que vienen al barrio certificaron que tenemos niños con dificultades por la falta de agua y por el consumo de agua no potabilizada”, indicó. Las familias llevan viviendo allí algunos quince años, otros doce y algunos diez, y esperan que los ayuden.
Discussion about this post