El 22 de enero de 2002, en medio todavía de la crisis económica derivada de los sucesos de 2001, el Ejecutivo nacional encabezado por Eduardo Duhalde declaraba la "emergencia ocupacional" en el país y dispuso la puesta en marcha, a partir del día siguiente, del Programa Jefes y Jefas de Hogar Desocupados, que destinaría entre 100 y 200 pesos mensuales a jefes de familia desocupados con hijos menores de 18 años o discapacitados.El beneficio, renovable cada tres meses, se extendía también a mujeres embarazadas "con residencia permanente en el país".En un comunicado, el Ministerio de Trabajo informó que el programa alcanzaría "en una primera etapa a unas 500 mil personas".El programa requería a cambio que los beneficiarios "mantengan a sus hijos en el sistema escolar y completen el cronograma de vacunación", a la vez que "deberán presentar certificación de discapacidad de los menores a cargo".
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