Si queremos educarnos en una escuela o universidad, enseguida pensamos en estudiar matemáticas, geografía, idiomas, para luego continuar con una profesión como enfermería o abogacía. ¿Pero existe algo más que debe enseñarse a todo niño, adolescente o adulto futuro profesional? ¡Sí! Deberíamos educarlos sobre “valores” que no es fácil pero tampoco imposible, es tarea de todos nos guste o no, ya que los transmitimos con nuestras palabras y ejemplos, siendo cada uno una “vidriera de valores”.Algunos tendrán más responsabilidad al transmitir valores, como los padres a sus hijos o los maestros a sus alumnos, por la autoridad que representan y por el tiempo que pasan juntos. Otros tendrán otra responsabilidad, como el de un inspector de tránsito al aconsejar o controlar conductores y peatones, o por el contrario al pedir coima.No solo los valores se enseñan en la casa por los padres y en la escuela por los maestros, sino que los transmitimos “todos” en todo momento como en el trabajo, en la recreación, en el almacén, en el deporte, en la cárcel, en la iglesia, en la política. Cada paso de la vida está impulsado firmemente por un valor, por ejemplo un saludo sonriente y amable lleva implícito los valores de la consideración, la sociabilidad, la amabilidad, la paz y la espiritualidad.La venta sin engaño de un artículo cualquiera lleva impreso los valores de la honestidad, la responsabilidad y el interés económico.Aprender y enseñar valores da bienestar y crecimiento a todos, no son solo un conjunto de reglas sociales, religiosas, culturales o morales; sino que son principios e ideas logradas por el diálogo y entendimiento mutuo para mejorar nuestra convivencia, comportamientos y actitudes, como por ejemplo el no matarás y honrarás a tus padres.Los valores enseñados a los jóvenes les ayudarán a relacionarse con otras personas, entenderán los principios básicos con que se rige la vida como la paz y el perdón, podrán tener una actitud positiva y edificante ante la vida. Con los valores morales distinguiremos entre el bien y el mal, seremos responsables y dignos, los valores espirituales nos ayudarán a encontrarle sentido a la vida, los valores sociales mejorarán nuestra convivencia, los valores personales nos darán dignidad, integridad y autoestima, los valores en el trabajo nos harán más responsables.El psicólogo L. Kohlberg creía que los niños necesitan estar en un ambiente que permita la discusión abierta y pública de los conflictos diarios, para desarrollar su capacidad de razonamiento moral.En algunos hogares no se sabe cómo enseñar valores y el ejemplo que dan es terrible, sumado a esto es que la sociedad muestra modelos de conducta a menudo con valores distorsionados por la violencia, la trampa, el engaño o la falta de honradez, como un camino para llegar al éxito mostrándose como una solución justificada ante la falta de futuro. Si nos preguntamos ¿para qué sirve aprender valores?, diremos que es para diferenciar lo bueno de lo malo y entender la mejor opción, y cómo prepararse mejor para los futuros roles en la sociedad.Entenderemos que la deshonestidad y la irresponsabilidad “aparentemente” nos darán ganancias económicas y mejor calidad de vida, pero oculta una descomposición interior que va sumiendo lentamente a la persona en una muerte en vida, pues el deshonesto edifica su vida sobre una “suma de mentiras”.El “amor” sin condiciones y bien intencionado es el principal valor a enseñar y ejemplificar, pues generará una conducta valerosa y positiva, el que ama no es débil y sabe marcar rumbos, el que no degrada a su prójimo no se degrada a sí mismo.Con amor damos más de lo que recibimos, tendremos “amabilidad” en el trato, “honestidad” en el proceder, seremos “bondadosos” en las decisiones y tendremos “alegría” en el vivir, edificando más que destruyendo.“¿Con qué vara mediremos? -me pregunto- Pasé por la casa de Basilio a quien consideraba amable y mesurado en su accionar, lo primero que llamó mi atención fue un cuadro de su sala de estar con el título de ‘Metro patrón’, que exhibía una foto del hombre más alto del mundo de más de dos metros junto al más pequeño de menos de 70 cm.“Mi curiosidad se encendió y no pude dejar de preguntarle, ¿Qué significa esa foto Basilio?-“A lo que contestó: -Es para no olvidarme que a veces medimos con distintas varas los hechos y las personas, usamos la más corta para amigos, parientes y lindos dejando pasar muchas cosas; y la vara más grande la empleamos para desconocidos, enemigos y feos. “Debemos medir a todos con la vara del amor para no ver la paja en el ojo ajeno, y ser ciegos para ver la viga en el nuestro”. Cuento J. L. Bazán.El que ama no engaña, entiende que ser malo es un mal negocio para todos, que dañando a otros también nos dañamos a nosotros con consecuencias impredecibles.El que ama es honesto y sabe que debe trabajar para conseguir sus metas, que el trabajo no lo es todo, que el éxito a veces llega rápido, pero la mayoría de las veces tiene su tiempo de maduración, y que el tramposo al único que engaña es a sí mismo.La “verdad” en lo que se hace y dice debe ser la guía con que se mida la vida, llevándonos al “respeto” del otro, implicando respetar las diferentes religiones, razas, sexo, ideas, culturas, tradiciones y estilos de vida. Respetar a otros es respetarse a sí.La vida sin “cooperación” es difícil de concebir, necesitamos del otro tanto como necesitamos nuestro corazón para bombear sangre, es por eso que entender lo que siente y sufre el otro, siendo sensibles a sus necesidades, es la verdadera “compasión”.No hay vida íntegra sin “perdón” para otros y para uno mismo, porque en realidad somos máquinas de cometer errores.Los valores morales bien enseñados, desde la niñez en familia y complementados en la escuela, formarán personas de bien y los acompañarán toda la vida.Las personas con valores morales firmes y honestos, podrán dar los ejemplos que hace falta en nuestra sociedad, podrán contrarrestar con sabiduría las malas influencias, sentando las bases para un nuevo y sólido liderazgo. por Bazán J. L. – MédicoDeseo tu opinió[email protected]
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