"El problema de la educación es un problema global, y se resuelve si buscamos un estándar global de docente", argumentó el titular de Educación de Argentina, en el marco del encuentro anual de la elite del capitalismo mundial."Nosotros vamos a poner la educación en la agenda del G20, pero no quiero que sólo se quede en el título, debe tener un impacto, y ese sería lograr un título docente global, una validación internacional, entendiendo que el docente es el factor que define el nivel del sistema educativo", explicó. "Lo que te cambia la calidad del sistema es la calidad del docente", remarcó Bullrich, quien esta semana se reunió en la pequeña estación de esquí suiza con pares, expertos y responsables de organismo internacionales, con quienes intercambió experiencias con la mente ya puesta en la cita que tendrá lugar recién el próximo año. "Si existe una carrera internacional, será más atractiva para los docentes y permitirá comenzar a cambiar el paradigma, porque tendremos una educación y un mundo más abierto", argumenta el ministro. De hecho, Bullrich cree que si todos los países del mundo tuvieron se comprometieran al menos con un 5% o 10% de docentes internacionales se produciría un gran avance. Para comenzar a andar ese camino, "bajo la presidencia de Argentina, el G20 tendrá por primera vez una reunión ministerial sobre educación", se enorgulleció el titular de la cartera. "Estamos convencidos de que la pobreza tiene raíz educativa, igual que los problemas de terrorismo e inmigración", remarcó Bullrich. Por eso, "tenemos que trabajar en conjunto lo que es la calidad y la formación de los docentes a nivel global. Necesitamos parámetros comunes en valores. Hay ciertos principios que son universales y deberían estar presentes en la formación para de esa manera elevar la calidad educativa", insistió. Además, el ministro advirtió que "un problema que tienen todos los países hoy es cómo hacer para sostener e nivel de conocimiento cerca del nivel de innovación". En ese sentido, Bullrich defendió la importancia del cambio de modelo, para que "el gobierno no se meta en el tema curricular, que debe ser algo mucho más vivo". "Tenemos que tener confianza en los docentes que formamos. Cuando no confías en el docente, querés controlar, pero lo único que hay que decir es el objetivo que querés lograr", señaló. Según explicó el ministro, lo que se hizo en las provincias de Argentina es llegar a un acuerdo "en los valores, competencias y habilidad que deben tener los jóvenes para salir de secundario y que luego sean las escuelas las que decidan el camino". "Esa libertad genera una institución educativa mucho más potente en términos de innovación", reivindicó. Por otro lado, Bullrich destacó que también hay que sumar la tecnología, de ahí que el gobierno se haya propuesto conectar todas las escuelas de Argentina a Internet. "Si no tenemos conexión estamos fuera del mundo. El objetivo es que al final del año que viene lo hayamos logrado", indicó. Pero el plan del ministro no se queda ahí: "estamos desarrollando un mecanismo para probar tecnología en las distintas escuelas a voluntad de la escuela, que tienen que ver con robótica y drones". "Los chicos pueden aprender a programar, no sólo a usar el drone; y la programación tiene un impacto muy fuerte en la forma que los chicos aprenden", ahondó. "Estamos buscando generar tecnología y ponerla a disposición de las escuelas. No nos gusta que la computadora sea la única herramienta. Es bueno, pero hay que disparar otras cosas, también usar el arte y el deporte", asegura, entusiasmado, sobre los pequeños avances que se están produciendo. Bullrich sabe que su trabajo es muy a largo plazo: "los vamos a ver en el 2030. Ése el el objetivo que nos pusimos, porque un niño que entra hoy al jardín saldrá del secundario en ese año". No obstante, el ministro advirtió que el momento de la implementación de los cambios es ahora. Precisamente por ese motivo cree que es necesario avanzar ya con la formación docente tanto en Argentina como a nivel global. "Si hacemos un esfuerzo, y es acompañado, lograremos que el impacto sea real", aseguró. En línea con esa política que busca impulsar desde el Ministerio de Educación se inscribe el programa de intercambio docente que envía cada año a 500 directores de escuela argentinas a Estados Unidos a través de las becas Fulbright. Durante su paso por Davos, el ministro Esteban Bullrich mantuvo encuentros con pares de Japón, Canadá, Italia, España, Holanda -en marzo enviarán allí a 100 directores- y la Comisión Europea para implementar este tipo de intercambios y fomentar que haya una ida y vuelta. Sin embargo, el mayor desafío parecer ser "facilitar la movilidad de docentes y estudiantes en la Latinoamérica y dentro del Mercosur", un tema que será tratado la próxima semana en la reunión de la Unesco que se celebra en Buenos Aires. Otro de los asuntos que le preocupan al ministro es que la falta de cifras integrales que reflejen el impacto de la educación en la pobreza y en la economía, de ahí que quiere trabajar con la OCDE para crear estudios que reflejen esa realidad. Las mediciones de calidad educativa del ránking PISA -en 2006 Argentina quedó fuera por irregularidades en la prueba de 2015-, son una radiografía, señala el ministro, y todos miran quienes lo lideran pero el problema es qué pasa con los que están abajo.Fuente:Télam
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