La edición 2016 fue realizada íntegramente por alumnos de sexto y séptimo grado con poemas propios, de autores regionales y clásicos, con la única ambición de acercar la lectura a la comunidad.Atentos a que formar niños lectores y escritores implica traspasar las fronteras de la escuela y transformar la institución educativa en una sociedad de lectura, niños y docentes se abocaron durante todo el año a la tarea de dar forma a cada ejemplar.Así, con la ayuda del coordinador del Taller de Artes de la Escuela de Artes y Oficios, Mauro Marquez, la serie de libros finalizó en una edición artesanal, con la que se buscó incrementar el material de lectura de la biblioteca escolar y de los alumnos, y que el libro deje de verse como material de consulta para transformarse en lo que Roland Barthes definió como “libro de casa”.Siempre con hincapié en “una práctica cultural activa, que busca generar nuevas maneras de enseñar literatura en el aula, más dinámica en cuanto a la lectura y producción de textos en los niños, niñas y adolescentes. Esta parte de la idea de considerar a la producción literaria de manera específica y diferenciada respecto del resto de los discursos sociales que se enseñan en la escuela y que implica un rol activo por parte del alumno y un papel de vehiculizador cultural y mediador de lecturas por parte del docente”, aseguraron los responsables del proyecto, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.Así, los estudiantes pasaron a ser no sólo seleccionadores de textos para la lectura, sino también productores, y se les dio la posibilidad de desarrollar el placer por la lectura y conducirlos a ser dueños de sus pensamientos y de su palabra.En síntesis, “el proyecto pretendió generar un mayor compromiso y gusto por la lectura y la escritura en los alumnos, ya que creemos fundamental que la escuela es un espacio abierto a la imaginación, a la creatividad infantil y a la palabra… palabra que nombra y que puede llegar a adquirir un alto sentido liberador, buscando de esta forma acercar a los niños a los libros y la palabra escrita, tan lejanos de la realidad cotidiana de las zonas rurales como la nuestra”, describieron los docentes.Entre los autores regionales están Claudio Bustos y Karoso Zuetta; entre los clásicos: José Martí, Mario Benedetti, Nicolás Guillén, María Elena Walsh, Macedonio Fernández, Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Beatriz Ferro, Atahualpa Yupanqui, María Cristina Ramos, Miguel Ángel León, Héctor Miguel Ángeli, César Vallejo, Alberto Cortez, Roberto Santoro, Violeta Parra, Silvia Schujer, Francisco “Paco” Urondo, Hamlet Lima Quintana y Laura Devetach. La completan diez poemas escritos por los chicos y uno del docente Martín Cornell.
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