Señora Directora: Pasó la Navidad, las tiendas de juguetes estuvieron repletas de padres buscando que poder pedir a Papá Noel. Una psicóloga en un libro comentaba: para ayudar a nuestro hijos a que alcancen sus metas y que no caigan en adicciones que dañen su salud cuando sean mayores, debemos lograr que tengan autoestima; la autoestima es lo que cada persona siente de sí misma. Lo que afecta el desarrollo del niño es su sentimiento de ser amado o no, su salud mental no depende de la fortuna familiar, ni de la educación, ni de la zona geográfica de la residencia, ni de la clases social, ni de la ocupación de sus padres, sino del amor, en sentirse digno de amor. Lo importante es la cantidad de mensajes de amor que emitimos, debemos cuidar el lenguaje corporal y las palabras que se utilizan, la correspondencia cálida, a través de juegos, abrazos, sonrisas, canciones, brindará una visión positiva de sí mismo, el respeto y el deleite pondrá al niño en el camino de una autoestima elevada. Por eso no es importante el regalo que reciban sino el tiempo y el trato que se les brinda, todo niño se valora a sí mismo como ha sido valorado. No importa quien es uno, sino quien cree uno que es. Ningún niño puede verse a sí mismo en forma directa; solo lo hace en el reflejo de sí mismo que le devuelven los demás. Sus espejos moldean literalmente su auto imagen. Toda identidad positiva se articula en experiencias vitales positivas.
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