El fenómeno “puede deberse a que la gente se apuró para llenar los tanques al conocer la inminente suba y ya no carga más; o que la mayoría cargó para salir de vacaciones, o se quedó sin efectivo”, especuló un dependiente sorprendido por la fluctuación que dista bastante de la "estampida" de demanda que se previó al principio. PRIMERA EDICIÓN recorrió algunos expendedores de combustible en la capital, y en todos coincidieron que el 1, 2 y 3 de enero trabajaron prácticamente desbordados en todos los turnos, pero después, la cantidad de vehículos para cargar nafta o gasoil volvió a índices normales. "Donde sí se nota mayor demanda es en camiones que vienen a cargar gasoil desde el interior", reconocieron los consultados. Y aseguraron que "sólo en los casos de personas que cargan mucho, la ventaja del ITC se hizo notar, no así en el consumo medido de las familias de clase media-baja".
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