El nuevo año ya está en marcha después de los festejos que compartimos para recibirlo. Lentamente vamos adentrándonos en la realidad de todo lo que tendremos que sostener durante todo el año. La verdadera felicidad y la alegría del año no dependen de algunos momentos de prosperidad y dicha que compartimos entre amigos y seres queridos, sino que resulta de la actitud con que vivimos la realidad de cada día. Seguramente cuando empezamos a pensar en el año que tenemos que preparar, proyectar, organizar y sostener el camino no suele ser sencillo. Más de una vez surge la pregunta: ¿Cómo logro tantas cosas que me esperan? Como hago todo lo que tengo que hacer. No son pocos los que arrancan el año lleno de preocupaciones por el peso de la carga que se nos viene encima.El libro de Eclesiastés nos recuerda: hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol: un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado; un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar; un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar; un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse; un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar; un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar; un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz. (Ecl. 3,1-11)Creo que al iniciar este nuevo año, la primera actitud que debemos asumir es empezar sabiendo que la felicidad y la alegría de la vida, depende del orden interior y exterior que vivimos cada uno como personas y como familia. Cuando nos apresuramos y perdemos los momentos claves de la vida, sacrificamos también la alegría y la felicidad de nuestra existencia. Es bueno que desde el comienzo de este año que se inicia, nos propongamos a organizar y planificar los momentos importantes que nos depara la vida.La buena organización no significa que nos colmemos con un sinfín de actividades, sino que equilibremos el tiempo dejando momentos necesarios para nosotros mismos. Un sano equilibrio en la vida requiere que demos el tiempo imperioso de meditación y contemplación, para que la vida sea pensada, rezada y vivida a consciencia.No son pocas las veces que la impaciencia y la ansiedad se apoderan de nuestro accionar. Por eso al comenzar este nuevo año no dejemos de reconocer que cada día que nos toca vivir es una nueva oportunidad, única e irrepetible. En este sentido el gran desafío de la vida está en vivir cada momento que Dios nos regala desde el amor y la pasión. No permitamos que los momentos de desaliento y sufrimiento nos quiten la esperanza de las alegrías de la vida. Como dice el libro de Eclesiastés, tratemos de que cada día de nuestra vida lo vivamos de manera apasionada y de a poco. Que la ansiedad de querer lograr las cosas no nos quite la alegría de ir concretando cada tiempo de la vida de a poco. Las etapas y momentos que nos presenta la vida son eslabones de nuestra alegría y felicidad. En vano será detenerse y lamentarse por el tiempo pasado, o preocuparnos por lo que vendrá y lo que pueda suceder mañana.Vive el hoy de manera plena. Lo que piensas hacer mañana hazlo hoy: compartir en familia, dar una palabra de aliento a un amigo, disfrutar una tarde linda con alguien que quieras, decir cosas lindas a tu pareja…Construye este nuevo año 2017 a conciencia: vive cada día como si fuera el último día de tu vida. Eres la creación perfecta de Dios y Él quiere que seas feliz. Te deseo prosperidad y dicha para este 2017, pero sobre todo una vida centrada en la presencia de Dios.
Discussion about this post