Señora Directora: La decisión del PAMI de retacear la entrega de medicamentos gratuitos a los jubilados que excedan los haberes mínimos y bienes propios impuestos para ello, desprotegiendo a millones de estos, vuelve a mostrar cuál es el aprecio que el gobierno tiene hacia los sectores más relegados.?Se contrapone a la decisión de brindar ayudas en el pago de la energía que consume a otros sectores que están en las antípodas de la escala social y, por ende, influyentes en éste.Para estos significa un alivio en las tarifas energéticas y no deberán afrontar el enorme impacto de los sucesivos “tarifazos” que han puesto en jaque a muchas pequeñas y medias empresas (pyme), las principales generadoras de trabajo en la Argentina. Cuando muchas de ellas ya han tenido que bajar sus cortinas ante la imposibilidad de asumir esos costos crecientes;?y otras están a punto de seguir idéntico camino.Lamentablemente hay una tendencia a beneficiar a los más poderos y que más tienen;?en tanto, se condena a la pobreza a amplios sectores de trabajadores, con una importante pérdida del poder adquisitivo de sus salarios, y al desamparo a muchos jubilados “privilegiados” que cuentan con una humilde casa, un auto no muy antiguo y un haber jubilatorio que sobrepase los 13 mil pesos. ¡Todo un lujo!Claro que hay quienes dirán que otros gobiernos también los han desatendido y, como el actual, saqueado la caja previsional, pero esa no es una justificación para un acto tan brutal e inhumano. Y que se suma a “aumentos” periódicos que siguen depreciando el valor del beneficio que perciben.
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