El nombre técnico es “skimming”. Así se define la maniobra a través de la cual se intenta robar información de las tarjetas de débito o crédito para utilizarla posteriormente en forma fraudulenta. Con la utilización de un dispositivo diminuto, se copia la banda magnética de una tarjeta en breves segundos, principalmente cuando la víctima realiza una compra, entrega el “plástico” para que lo pasen en la máquina correspondiente y la pierde de vista por unos segundos. Los más osados instalan el “clonador” en los cajeros automáticos, como en <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/237507/detectan-una-filmadora-para-clonar-tarjetas-en-un-cajero-de-posadas.html">el caso ocurrido en Posadas hace una semana, en un cajero sobre la avenida Uruguay donde un usuario pudo darse cuenta a tiempo de la irregularidad y dio aviso a la Policía</a>.Los casos de “skimming” parecían hasta hace poco tiempo estar lejos de esta región, como si fueran exclusivos de las grandes urbes y donde se realizan transacciones millonarias. Sin embargo, hoy están aquí y es momento, para quienes no dimensionaron el problema, de tomar todas las precauciones para evitar ser despojado de lo que tiene en su cuenta y hasta endeudarlo más aún.PRIMERA EDICIÓN accedió a varios casos que padecieron este tipo de situaciones pero que tuvieron un desenlace “feliz” para los afectados porque los bancos emisores de las tarjetas clonadas pudieron comprobar que se trataron de operaciones irregulares, en algunos casos porque los usuarios pudieron demostrar que estuvieron en ese momento en otros lugares o bien porque fueron compras no habituales y que llamaban la atención. No obstante, para que ello ocurra, los afectados debieron realizar numerosos llamados y trámites a partir de recibir en su resumen de cuenta gastos por compras no efectuadas.Por una cuestión de resguardo, pedido por los propios entrevistados, PRIMERA EDICIÓN no revela los nombres completos de los afectados en este tipo de maniobra fraudulenta. Todos coincidieron en que nunca notaron nada raro, ninguna maniobra extraña y negaron que hayan pasado su tarjeta por otra máquina que no sean las reconocidas como “posnet”. Sin embargo, sí dijeron que habitualmente entregan las tarjetas para que las lleven hasta otro sitio a completar la operación. “Me pasó que empecé a controlar el gasto de mi tarjeta, que lo hago una o dos veces por semana en mi cuenta online, y me encontré con compras que no había realizado. Eran de Estados Unidos y de Paraguay. Fueron varias operaciones y en horarios pocos frecuentes. Me desesperé porque no las había hecho, además no acostumbro a comprar nada del exterior con tarjeta. Allí empecé a llamar a hacer la denuncia a la empresa y después de varios llamados reconocieron que no hice esas transacciones. En mi caso, no sé cómo, pero desde el banco pudieron comprobar que no era desde mi máquina desde donde se hicieron las compras sino desde Buenos Aires. Parece que robaron mis datos y las operaciones las efectuaron desde allá”, relató Raúl M., quien vive en Posadas.A Silvana R., le ocurrió que fue a concretar una operación y no disponía de fondos suficientes, eso la alertó y allí empezó su trajinar que le llevó varios días y muchos dolores de cabeza. “Yo no ocupo mi tarjeta al límite, siempre dejo margen para las vacaciones. Fui a querer comprar unos neumáticos para el auto y no me autorizaba el banco. Me comuniqué y me decían que ya había ocupado mi límite. Entonces pedí un informe de qué estaba ocurriendo en mi cuenta y me encontré con compras que nunca hice. Me quería morir porque eran por mucho dinero, me agarró una desesperación y estuve muy mal”. Luego siguió detallando que “pedí asesoramiento porque no sabía por dónde comenzar y una amiga se ofreció a ayudarme. Tuve que hacer la denuncia ante el banco, en la policía y eso me llevó tiempo. Por suerte pude resolver el problema, como todas las compras se hicieron acá en Misiones en una sola tarde, saltaba a la vista que había algo irregular, como que me agarró una locura y en un día me gasté todo. Todavía sigo repasando mentalmente en qué lugar pudieron clonar mi tarjeta y no lo recuerdo. Fueron varios días en que estuve enferma porque pagar por algo que uno no compró es una locura”.Otro de los que no la pasó nada bien fue Ricardo G.: “Quise hacer una compra en Encarnación, pasaron mi tarjeta y no funcionaba el servicio, me dijeron. Fui a otro negocio y sí pude comprar un artículo de electrónica. Pasaron varios días, como una semana, y empezaron a aparecer compras que supuestamente las hice a un distribuidor de China. Obvio que me puse como loco. Me quedó la duda si copiaron mis datos en el comercio que compré o en el otro que no pude hacerlo. Pero no dudo que fue en alguno de esos dos lugares. Del banco primero no me quisieron reconocer porque suelo adquirir productos por internet. Pero les pedí que hagan el seguimiento de la transacción, llevó unas semanas que fueron de incertidumbre para mí pero yo estaba tranquilo porque no las había hecho. Primero querían que pague y me iban a debitar si yo tenía razón, pero era mucho dinero y yo no había comprado nada de eso que figuraba en mi resumen. Hasta que todo se aclaró y no tuve que pagar por esas compras. Pero se vive una mala situación que no le deseo a nadie”.No perder de vista la tarjetaCon el propósito de conocer algunos recaudos que deben tomarse para evitar el “skimming”, PRIMERA EDICIÓN consultó a un especialista en informática de una fuerza de seguridad que principalmente resaltó que “la gente no debería entregar la tarjeta para que la lleven hasta otro sitio a realizar la operación. Eso está establecido como una norma de seguridad en todo el mundo. Acá todavía se está entregando el plástico, por ejemplo, cuando uno paga la cuenta en un restaurant, el mozo viene y se lleva la tarjeta; o cuando cargamos nafta, el empleado se lleva a otro lugar adonde tiene la maquinita. No decimos que en esos lugares clonan, pero sí son ejemplos de momentos en los que uno pierde de vista a la tarjeta y con el dispositivo ‘clonador’ que es minúsculo, alcanza con una pasada para copiarla”.Luego siguió detallando que “el mozo debe traer el aparato a la mesa o bien pedir al cliente que lo acompañe hasta la caja. Lo mismo con el surtidor de nafta y ni hablar en cualquier comercio, siempre a la vista del comprador. El aparato clonador es minúsculo, casi como un control remoto o un celular pequeño, cabe en la palma de la mano y lo emplean en un segundo y ante el descuido de la gente. Ese empleado, por lo general, no lo usa para ese comercio, que nada tiene que ver con el tema, sino que lo vende a otros piratas informáticos. Hasta ahora eso pasaba en ciudades como Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Santa Fe o era común en Brasil, pero ahora ya están buscando nuevos lugares en los cuales no estamos tan al tanto de esto”.Compras en el exteriorUna de las situaciones p
lanteada por varios lectores que tuvieron esta experiencia se produce cuando se cruza a Paraguay o a otro país y se quiere comprar un producto que cuesta, por ejemplo, 3.000 pesos pero no se sabe si tiene margen suficiente y si la tarjeta de crédito autorizará la compra. Allí, por lo general, el comercio ofrece pasar el plástico por la terminal para ver si se autoriza la operación. Hace un intento por 3.000 pesos y rechaza, informa fondos insuficientes; vuelve a intentar por un importe menor (por ejemplo 2.000 pesos), la marca acepta pero el cliente decide no comprar. “Nos pasó que el comercio nos dijo que no puede anular la operación y nos quedamos con dos mil pesos de la tarjeta y no nos alcanzaba para el total del valor del producto, nos obligaron a volver con el resto del dinero o teníamos que llevarnos otra cosa por ese monto”, relató Germán R.Desde el Banco Macro respondieron que “las compras con tarjetas se pueden anular siempre y en el acto. Si por alguna razón quien realiza la venta no anula la operación, la recomendación es no firmar el cupón y estar atento al resumen de la tarjeta de crédito, ya que si de cualquier manera impactó el débito, el cliente tiene la posibilidad de ir a su sucursal y realizar el trámite de desconocimiento de compra (este trámite se puede realizar en un plazo de 30 días posteriores a haber recibido el resumen). Es muy importante recordar que es una ventaja hacer uso de los canales automáticos disponibles en el banco para que los clientes tengan pleno conocimiento sobre sus estados contables”.Por último, desde el Macro informaron a los usuarios de tarjetas de débito de esa entidad que “por cuestiones de seguridad, en Brasil los clientes podrán realizar una única extracción diaria con un límite máximo equivalente a 7.500 pesos. Y las de crédito pueden ser usadas en el exterior siempre que tengan alcance internacional. La sugerencia es informar el viaje en <a href="http://www.visa.com.ar/">la página oficial de Visa Home</a> generando clave y usuario en el sitio de referencia”.Cajeros automáticos en la miraUno de los cajeros automáticos del Banco Macro, ubicado sobre la avenida Uruguay, fue el lugar en el cual se encontró la cámara y el dispositivo que se emplea para la clonación de tarjetas. Es por eso que desde la entidad bancaria reforzaron los controles y recordaron a los usuarios acciones de prevención que deben efectuar cuando operan en los cajeros automáticos.“Antes de introducir la tarjeta en el cajero automático, chequear que la ranura de ingreso de la tarjeta y la de salida del dinero no estén obstruidas. Si la tarjeta se traba en el cajero automático, no deben aceptar la ayuda de extraños, porque por lo general suelen colocar adrede algún elemento para que ello ocurra”, indicaron desde el Banco.Luego siguieron detallando que “jamás se debe entregar la clave personal por ningún medio: ni en persona, ni por teléfono ni por e-mail. En nuestro caso, el Banco Macro no la solicitará”. “Si el teclado donde se ingresan los datos presenta un aspecto anormal (en su composición o tamaño), deben dirigirse a otro cajero. Al ingresar la clave en el cajero, tapar con la mano el teclado para que nadie pueda verlo. Si la tarjeta queda retenida en el cajero, se pierde o es robada, realizar la denuncia de inmediato al Centro de Servicios Banelco al 4320-2500 o al Centro de Atención Telefónica al 0810-555-2355. Si el cliente está en el exterior, comunicarse al (5411) 5371-4500”, agregaron.Por más que suene reiterado, no está de más refrescar el concepto que “los usuarios deben memorizar la clave de acceso a la cuenta a través del cajero y mantenerla en secreto; modificar la clave con frecuencia sin elegir números fáciles de obtener; no ingresar la clave ante otras personas; guardar la tarjeta en un lugar seguro; una vez leídos, guardar los comprobantes de operación en un lugar seguro o destruirlos y la información sobre cualquier otra situación que parezca sospechosa es sumamente importante para poder registrarla y analizarla. Ante cualquier duda, comunicarse al 0810-555-2355”.
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