El cambio más importante que ha tenido lugar en la relación con los hijos es “la simetría”. Hace 20 años, papá y mamá eran su fuente de consulta, pues lo sabían todo. Ninguno de los dos era cuestionado. Hoy en día, ellos ya no saben nada y algunos chicos incluso los mandan. Actualmente somos testigos de jóvenes que hacen lo que quieren y no toleran ningún límite. Esto es porque buscan colocarse casi a la par de los adultos. Como padres, deberíamos manejar la relación con nuestros hijos de manera inteligente porque, les guste o no, somos autoridad sobre ellos. No para castigarlos o maltratarlos, sino para guiarlos. Estos son algunos de los principales problemas con los hijos:Un hijo muy enojado que no se comunica con sus padres: los padres estamos obligados a encontrar una solución y de ninguna manera podemos ponernos a su altura y dejar de hablarle, lo cual es una actitud adolescente. ¿Qué hacer? Podemos comenzar mencionando algún tema superficial, para ir paulatinamente abordando aquellos que son motivo de conflicto. Al hablar con nuestros hijos, no deberíamos pasarles factura ni reprocharles nada. Si así lo hacemos, ellos se cierran y se alejan. Y toda vez que un joven encuentra una pared frente a sus padres, abrirá una ventana hacia la cultura en la que vivimos que lo atrapará. Un hijo que quiere dejar los estudios porque le fue mal en un examen: en este caso lo ideal es decirle que deje, pero después de haber aprobado la materia. De este modo, le enseñamos a no abandonar en el fracaso, sino en el éxito. Cuando una persona abandona porque le fue mal, luego sentirá frustración. También podemos hacerle notar que esto mismo le va a pasar a lo largo de toda la vida, porque siempre habrá una materia difícil que lo hará sentir que quiere tirar la toalla. Pero será precisamente una oportunidad para desarrollar fortaleza y perseverancia. Un hijo pequeño que le reclama a sus padres que trabajan mucho: aquí en realidad el niño es el vocero de uno de los padres que le reclama al otro por tiempo y atención. Él o ella siente que su pareja trabaja mucho y el hijo se transforma en su portavoz porque ve una “grieta” entre ellos. Pero cuando el que reclama es un hijo adolescente, lo que en el fondo está diciendo no es que los padres no estén con él, sino que no le permiten hacer algo. Es decir, no soporta los límites. ¿Qué hacer? Podemos decirle: “Vos no aceptás que yo te haya puesto un límite y me estás pasando factura”. Es fundamental enseñarles a nuestros hijos a crear hábitos sanos, como levantarse temprano, estudiar, leer, colaborar en casa, etc. La cultura no genera hábitos, sólo les ofrece diversión. Por eso, lo único que ellos buscan es pasarla bien, sin obligaciones ni responsabilidades. No temamos enfrentar cualquier problema con nuestros hijos. Los padres no tenemos que ganar la pulseada, sino mantener el vínculo con ellos y construir juntos un futuro que luego puedan recordar como algo positivo. ¿Cómo resolvés un problema con tus hijos?Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a [email protected] StamateasLicenciado en Psicología, Sexólogo Clínico, Escritor y Conferencista Internacional.
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