La Justicia Federal ordenó que para la reinserción social de una misionera -hoy de 39 años- que fuera víctima de una red de explotación sexual en Santiago del Estero durante el 2012, sean decomisados y vendidos los bienes de quienes la privaron de su libertad y obligaron a prostituirse.Antes que se inicie la feria judicial, la fiscal del Tribunal Federal de Santiago del Estero, Indiana Garzón, solicitó se acelere la ejecución del predio donde funcionó durante treinta años el prostíbulo “Negro el 20” de la localidad de La Banda, cuyo propietario también fue condenado por el calvario al que forzaron a una mujer oriunda de Colonia Oasis, del que escapó antes que el mismo infortunio se replicara en sus dos hijas.La pesadilla para la misionera se inició durante los primeros meses de 2012, cuando tenía 35 años y dos hijas de 15 y 17. Una oferta laboral se transformó en privación de su libertad y explotación sexual en “Negro el 20” a ocho kilómetros de la capital santiagueña.Cayó en una red de trata, donde las mujeres en situación de pobreza son ofrecidas para la prostitución. Sufrió tormentos en condiciones infrahumanas. Pero sus explotadores querían más, e intentaron secuestrar a sus dos hijas bajo un nuevo ardid, traerla de visita a Colonia Oasis y allí secuestrarlas y forzarlas al mismo dolor.La mujer aceptó regresar a Jardín América, pero advirtió lo peor y se escapó del Chevrolet Meriva que la trasladaba y pidió socorro a las fuerzas de seguridad para evitar el rapto de sus hijas.A partir de allí estuvo resguardada y contenida por las autoridades de la División Trata de Personas de la Policía de Misiones, cuya labor permitió la detención de dos sujetos y se incautara el vehículo en que se movilizaban. Con orden judicial federal, se realizaron luego varias medidas en La Banda, principalmente sobre la ruta provincial 51, en el prostíbulo “Negro el 20”, donde se rescataron a cuatro mujeres mayores de edad oriundas de Santa Fe y fueron detenidos dos sujetos de 47 y 60 años, se incautó dinero, preservativos, documentos, un revólver calibre 32 largo, entre otros elementos. El segundo allanamiento se concretó en un local lindante donde se procedió a la detención de otro individuo, incautándose una computadora, preservativos, chips de teléfonos celulares, cámaras fotográficas, proyectiles de diferentes calibres, dinero, ocho armas de fuego de diferentes calibres y un automóvil. También fue inspeccionado un inmueble donde las secuestradas eran sometidas a exámenes médicos para determinar si tenían enfermedades. La misionera relató a la Justicia Federal que, una vez que llegó a la whiskería, fue “golpeada, no me dejaban ver ni el sol”, la controlaban todo el tiempo.Dijo además que fue “violada cuatro o cinco veces entre cuatro personas del lugar (…) Me decían que lo hacían para que aprendiera, porque estaba ahí para obedecer”. Horror en “Negro el 20”El prostíbulo “Negro el 20” sobre la ruta provincial 51 a poco menos de diez kilómetros de la capital santiagueña no funcionaba aislado, era parte de una amplia red de trata de personas que, principalmente, explotaba a mujeres con fines sexuales. Funcionaba con “wiskerías” en varias provincias, incluyendo Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.Las víctimas en condiciones de vulnerabilidad eran captadas con falsas ofertas laborales, grandes pagas y futuro asegurado para sus hijos.Los requisitos para este delito los cumplía la mujer de 35 años oriunda de Colonia Oasis, Jardín América. No tenía empleo fijo y las esperanzas eran pocas. Hasta ella llegaron los captores, y de ellos logró escapar cuando vio que sus adolescentes hijas de 15 y 17 años corrían el mismo peligro. Su valor le permitió sobrevivir y escapar para desbaratar este entramado mafioso, que durante treinta años contó con padrinazgo político y policial.
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