La situación de verdadera emergencia que se está viviendo en este caluroso inicio de año, en muchas localidades misioneras, por deficiencias en la prestación del servicio de electricidad, trae a colación inevitablemente las últimas declaraciones públicas vertidas por Sergio “Pity” Ferreyra, titular de la deficitaria Emsa, hace sólo un mes atrás: “este verano no deberíamos sufrir cortes de luz”. El error del vaticinio era esperable, conociendo la fuerza con que el verano pone a prueba a las insuficientes instalaciones de la empresa Electricidad de Misiones Sociedad Anónima. En cambio, causa sorpresa mezclada con indignación, que el titular de la prestataria, tras el desafortunado augurio, se encuentre inhallable hoy en lugar de salir a dar respuestas a los usuarios. Desde Navidad, cuando empezaron a intensificarse los cortes prolongados de luz en toda la provincia, según crecientes rumores circulantes en las últimas horas, no únicamente el clossista presidente Ferreyra sino los principales directivos y funcionarios de Emsa -entre ellos el exintendente de Iguazú Marcelo Sánchez y otros dirigentes políticos “becados” con una silla en el Directorio eléctrico-; se habrían tomado unas estratégicas vacaciones en paradisíacos y exclusivos balnearios de Centroamérica o Brasil. Mientras, los misioneros sufren a diario los efectos de la ineficiencia, los desmanejos y la falta de inversión; falencias arrastradas durante décadas por la concesionaria. Bernardo de Irigoyen pasó más de 12 horas sin energía; San Pedro y alrededores casi cuatro días; Iguazú pasó ayer más de siete horas sin energía. En el centro y la Capital de la provincia los cortes de cuatro o cinco horas se multiplican.El malhumor social crece y los encumbrados directivos de Emsa no ignorarán, seguramente, su responsabilidad por los electrónicos que se queman, los comercios que pierden la mercadería por interrupción de la cadena de frío, y la falta de paz por la gente que no descansa. Pero optaron por la consigna facilista de no dar la cara y dejar que los empleados, que nada deciden, reciban la bronca de la gente.
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