Señora Directora: Después de un año con promesas electorales incumplidas y un claro retroceso en la situación económico-social que afecta particularmente a los sectores de menores Inbesos, concluyó 2016 con perspectivas que parecen no ser mejores de las de estos últimos trece meses. Aunque desde el gobierno sigue apostándose a un lejano mañana promisorio, corriendo paulatinamente esa mentirosa zanahoria desde el segundo semestre, al último trimestre y finalmente al año próximo.Claro que ahora, tras trece meses de continua espera de que ese prometido bienestar llegue finalmente y deje de ser la corrupción del kirchnerismo la principal moneda de distracción, ahora, en 2017, la coalición gobernante deberá afrontar su primera prueba de fuego con las elecciones de medio término, en octubre venidero. Y?para mantener el respaldo mayoritario que logró en la segunda vuelta en 2015, deberá comenzar a recordar lo que prometió hacer –y hacerlo– para ampliar su base parlamentaria y poder gobernar con mayor holgura y menos obstáculos en materia legislativa. Algo que, a la luz de lo ya hecho, parece lejano y difícil.
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