Ya estamos en el inicio de un nuevo año que nos trae un sin fin de desafíos y oportunidades. Sin duda las expectativas que despierta, es que podamos tener un año feliz. Sin embargo, no siempre pensamos que la clave de la felicidad de este nuevo año, depende de nosotros mismos y la actitud con que enfrentemos la vida. En este momento del año que estamos viviendo, seguramente muchos estarán tomando unos días de merecido descanso, algunos en el propio hogar y otros en lugares más lejano. No son pocos los que se lamentan por iniciar el año enfrentando situaciones difíciles que les toca vivir ya sea en la economía, la salud, el trabajo etc. Más allá de la realidad que nos compete asumir, creo que lo importante es tomar consciencia de que este nuevo año para que sea feliz dependerá de cada uno de nosotros, de la actitud con que iniciamos y nos disponemos a vivirlo. A menudo los medios de comunicación masivos nos presentan modelos de vida, propuestas de felicidad que son inalcanzables para el común de la gente y generan necesidades que responden a una sociedad de consumo. Infinidad de veces hemos escuchado la frase “querer es poder”, creo que el primer paso para que tengamos un año lleno de felicidad implica el verdadero deseo de iniciarlo con el propósito de construir un año positivo, productivo y próspero. Es decir poniendo la fuerza y la voluntad para lograr lo mejor de nosotros mismos desde la creatividad y compartirlo con nuestros seres queridos. La realización de las cosas en la vida muchas veces depende de los deseos, pensamientos e ideas que vamos sosteniendo en la vida. La sociedad moderna nos presenta tantas opciones de diversiones y actividades para pasar el tiempo, que muchas veces sin querer nos acostumbramos a un facilismo, que nos impide ver más allá de nuestras necesidades de consumo. A consecuencia de esto tenemos una sociedad que vive de reclamos permanentes en todos los ámbitos de la vida… los niños y adolescentes que demandan más y más cosas a sus padres… las parejas que mutuamente se reclaman por tantas necesidades insatisfechas…Obviamente iniciar un año centrándonos solamente en nuestras necesidades y carencias nos llena de desaliento y nos quita la alegría de dar y compartir con generosidad. Es bueno que tengamos en cuenta al iniciar un nuevo año, que el verdadero camino de felicidad nos llama a superar el facilismo y la pasividad con el firme propósito de construir un año feliz, con mi aporte concreto logrando los objetivos de la vida con esfuerzo y trabajo paciente y sostenido. La vida nos trae miles de oportunidades, novedades y sorpresas. Y nos esperan para que vayamos al encuentro de ellas. La pasividad hace que perdamos grandes ocasiones en la vida. El 2017 es una nueva oportunidad para crecer en lo espiritual, fortalecernos como familia, progresar en el estudio, trabajo, y así alcanzar nuevas metas en la vida. Es una nueva oportunidad que Dios nos regala. Salgamos al encuentro de esta gran novedad de Dios, un nuevo año de vida.Como persona, familia y sociedad mantengamos vivo el deseo de iniciar y sostener un año lleno de esfuerzo sincero, trabajo honrado, armonía y paz en el hogar, entrega generosa y apasionada en lo que me toca compartir en el trabajo y en mi aporte concreto al mundo, un corazón lleno de confianza en la divina providencia para que nos sostenga en nuestras adversidades y dificultades, y por encima de todo dispuestos a ser protagonistas activos de nuestra propia felicidad. ¡Que tengan un feliz 2017!
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