Mañana, 1 de enero, además de estrenar el 2017, se celebra el Día Mundial de la Paz. Me parece ideal aprovechar esta época en que todos nos deseamos paz para profundizar un poco y en vez de quedarnos en el deseo pasemos a generarla.¿Qué entendemos por paz? Cuando pregunto a mis alumnos, surgen distintas ideas aunque todas se asocian con un estado emocional, que podría resumirse en “sentir que todo está bien”, un estado de aceptación. Ahora bien, ese estado emocional de paz individual, para que exista, la mayoría de las veces se entrelaza o vincula con un “otro”.Seguramente si pregunto al lector si siente paz, en su respuesta, agregará la palabra “con”, “estoy en paz con..” una persona, una situación, la vida, uno mismo, etc…Entiendo que la paz es un valor que se vincula directamente con el corazón y las emociones y que podemos sentirlo cuando nos lleva hacia la “unidad”, involucrando e integrando un “otro”. Retomando la pregunta del título, su respuesta es obvia, todos queremos la paz. Entonces es cuando me pregunto: ¿por qué si todos los seres humanos consideramos la paz como un valor, es precisamente el relacionamiento humano lo que nos la quita la mayoría de las veces? ¿Por qué en nombre de la paz, se siguen haciendo guerras, se cometen atentados y se marginan comunidades?Sin duda la paz social, está íntimamente ligada con la paz personal. Leonardo Boff nos dice “solamente personas pacificadas interiormente pueden ser operadoras efectivas de la paz”.No se puede dar lo que no se tiene, si tanto valoramos la paz, comencemos por nosotros mismos, y este camino implica abandonar viejas creencias y cambiar hacia un nuevo paradigma. Suspender el juicio que pertenece a la polaridad y ampliar nuestra conciencia, hasta entender que hay lugar para todos.En mediación llevamos a las partes en conflicto a hacerse “socias” en pos de un objetivo probable y en este camino, ellas descubren lo que tienen en común por detrás de los que las separa y enfrenta.Por ejemplo, todos necesitamos sentir que pertenecemos a algo, ya sea la familia, amigos de la infancia, un grupo religioso, partido político, etc. Más allá de las características del grupo lo importante es sentir el cobijo, la unión con otros por algo en común que consideramos valioso.Y es acá donde retomo la propuesta de hacer la paz, en vez de desearla solamente, todos pertenecemos a esta ciudad de Posadas, a Argentina, al universo, todos somos hijos de Dios, o fuerza creadora o como quieran llamarla. Tomemos conciencia de esta pertenencia, de esta unidad, para que la paz sea la regla y los conflictos las excepciones, deseemos todos algo que nos incluya. Lo que precipita una idea en el mundo de lo físico es la intención que se origina en lo no circunscripto, en la conciencia universal, pero que se localiza en la mente individual. Dice Chopra: “La atención activa el campo de energía y la intención activa el campo de la información, lo que da lugar a la transformación”.Si seguimos actuando desde la separación, desde el miedo, sintiendo que a las diferencias hay que combatirlas en lugar de comprenderlas, seguiremos reaccionando en forma defensiva ante las diferentes situaciones conflictivas que se nos planteen.“Las células se unen para formar un organismo, las letras para formar una palabra, las notas musicales para formar una melodía y así pasa con todo” dice Ferrucci.Ordenemos nuestras cosas, tengamos fe y confianza, llenemos nuestra mente y nuestro corazón de comprensión y amor desde un paradigma que nos incluya a todos y la paz sucederá. ¡FELIZ 2017!ColaboraValeria [email protected] 3764-510132
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