Pensar en Tasmania es imaginar al dibujo animado del Demonio de Tasmania. Dicen que este estado australiano tiene el aire más puro de todo el país porque recibe la brisa del océano Índico. Sólo de pensar en su ubicación, da vértigo. La tierra firme más cercana en línea recta y hacia el oeste de Tasmania es Península Valdés (Argentina) y hacia el este, Nueva Zelanda. Al sur nada más inhóspito que la Antártida.Se trata de una de las áreas menos contaminadas del planeta, con costas azotadas por vientos antárticos que con el tiempo han moldeado a los árboles asomados desde los peñascos donde rompen las violentas olas del océano Pacífico. Bajo los cielos de esta tierra planean gaviotas, petreles, golondrinas marinas y albatros, mientras que los pingüinos anidan en los peñascos y las focas se zambullen en el mar en busca de alimento.Los balnearios de la costa este, el valle de Huon con sus cultivos de manzana, las montañas y apacibles lagos de la costa oeste, o el monte Cradle, destino preferido de los escaladores, son sólo algunos de los escenarios a conocer.Quienes tienen espíritu aventurero deben probar el popular trayecto Overland Track, que con sus 76 km cruza la isla de norte a sur, desde el monte Cradle el lago St. Clair. Recorriendo un sinuoso paisaje a través de montañas volcánicas, ríos, densos bosques y lagos de agua cristalina, tendrá la posibilidad de ver un trozo inexplorado de naturaleza y una gran variedad de animales entre los que se encuentra el famoso demonio de Tasmania.Los buscadores de paisajes completamente naturales -donde no se percibe casi la presencia humana a lo largo de kilómetros de panoramas perfectos, sin cables, rutas ni fábricas que estropeen el entorno- encontrarán aquí el lugar ideal. Además de la visita de rigor a la cárcel y al antiguo puerto, esta zona cuenta con maravillosas formaciones de roca en sus acantilados, como el Arco de Tasmania, la Cocina del Diablo y la Remarkable Cave, que se ve desde la ruta: una obra maestra de la erosión de las olas marinas. El Mt. Field National Park cuenta con cascadas bellísimas de agua celeste, como las Russell Falls y Lady Barron Falls, y senderos que permiten llegar a pie hasta las plantaciones del lúpulo con las que se hace cerveza. Sin dudas, Tasmania tiene mucho para ofrecer.Fuente: viajeros.com
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