El emblemático sector yerbatero revive una nueva crisis de superproducción de materia prima, similar a la que se vivió en los 90 y que se trató de paliar entonces con las “rondas de concertación”. Las negociaciones no impidieron que la superproducción se resuelva en “precios viles” para la yerba verde y canchada y que se intensifique, en lugar del consenso, la puja distributiva que terminaría alimentando una ola de protestas y descontento en el sector; y finalmente en los “tractorazos” de los pequeños productores.La protesta de los tareferos coincide con una preocupación creciente de los productores primarios y sus organizaciones, que se manifestaron recientemente frente al Instituto yerbatero, pidiendo la cupificación y el cumplimiento de los precios sostén, instrumentos que, dicho sea de paso, remiten también a tiempos pasados y que, probablemente, sean hoy síntomas de un desequilibrio cíclico y estructural que parte de la solución. Todo da a entender que la situación no mejoraría el año próximo, ya que en el cierre de un año de transición en el país con notorias dificultades a la hora de reencausar la economía, pero también señales de recuperación en algunos sectores como el de la comercialización de granos, se estima que Misiones pasaría al nuevo año con un balance negativo en la mayoría de los sectores productivos. En este contexto, es un agravante que la provincia se haya visto prácticamente excluida de las licitaciones de obra pública que anunció el Gobierno nacional en el contexto del Plan Belgrano, ya que de esa forma se ve privada del auxilio del efecto dinamizador de las obras públicas en tiempos de crisis. El panorama provincial frente al nuevo año aparece así rodeado de interrogantes.
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