En qué día tan especial nos reencontramos hoy pues, cual preludio de su nacimiento, hemos ido desarrollando todo este tiempo la importancia del “verbo” y cuando San Juan dice al principio de su Evangelio: “Y el verbo se hizo carne”, es la forma clara y precisa de contarnos el nacimiento de Jesús un día como hoy hacen ya 2016 años. “El verbo o la palabra-alma” de Jesús encarna, es decir que toma un cuerpo físico para poder transitar entre nosotros, y si Él fue el verbo divino, por lógica su misión fue y sigue siendo, ser el mensajero de Dios, pues los escritos que llegaron hasta nosotros donde sus apóstoles plasmaron sus “palabras”, llevan por nombre Evangelios, palabra griega que significa: “buena noticia”. Ese buen y nuevo mensaje fue entregado al corazón de los hombres de esa época y, sólo aquel cuyas obras traslucían la bondad de sus palabras, pudo en ese entonces reconocer en Jesús al divino verbo y entender su lenguaje simbólico con que Él se expresaba y que sabía que no todos entenderían. Por ello, al final de sus prédicas decía: “Para que entienda el que entienda o el que tenga oídos que oiga”.¿Pueden tener la cabal comprensión del fabuloso regalo que tienen ante sí, hoy? Pues si con ojos nuevos miran la buena noticia del Padre, ellos les darán, no sólo el entendimiento para desencriptar su lenguaje, sino para que dicha comprensión entre a sus corazones y obre maravillas en ellos, transformándolos con el poder de la palabra, en nobles y puros.Permitámonos escuchar con oídos nuevos la voz de Jesús que desde nuestro corazón nos habla siempre y lo lograremos cuando quitemos nuestra atención de las “malas noticias”, las que nos producen miedos, ira, desasosiego, preocupaciones y todo ese enjambre de pensamientos que se traducen en sentimientos no gratos para nuestros corazones, no dejándonos vivir el presente y lo que es peor, interfiriendo con la Voz Interior.Este regalo invisible de nuestra transformación interior se traslucirá en visibles cambios en nuestras vidas, que pasarán a ser un placer el ser vividas ya que se deslizarán sobre rieles de amor, abundancia y alegría. Haciendo con ello, que todos nuestros hermanos intenten imitarnos, dando así cumplimiento a aquella parábola de Jesús que dice que “la palabra”, como la pequeña semilla de mostaza cae en tierra fértil, o sea en un buen corazón, crecerá hasta convertirse en el arbusto más grande del huerto donde todos los pájaros querrán posarse en él.Entonces recibamos con alegría este hermoso regalo de navidad de los labios de Jesús. Con amor: Gracie.Por la palabra fui creadoTú estas en mí siempre,pero cuando hago consciente Tu presencia,todo se hace infinitamente más fácil y sencillo,infinitamente más dulce, infinitamente más bello.Cada cosa se acomoda en su lugar,cada pensamiento se vuelve rectoy se alinea con la perfección.Cada sentimiento se dimensiona en su justa mesura.Esto así sucede porque en el silenciodejo que mi alma se nutra de Tu espíritu.Es dejarse sentir cual colibrípara absorber el néctar de Tu vozque impregna mis espacios inundándome de Ti.Tu voz tiene un sonido inaudible,pero por ella fui creado;Por eso al escucharlami espíritu reconoce a Su progenitor.ColaboraGraciela del CarmenZaimakis de AbrahamEscritora
Discussion about this post