Un grupo de investigadores busca desarrollar bioinoculantes a partir de microorganismos que conviven con los cultivos, que le otorgan amplios beneficios y podrían reemplazar los agroquímicos.Los bioinoculantes son microorganismos vivos que se agregan a las semillas o a las plantas de cultivos comerciales para favorecer su crecimiento. En general, se aplican conjuntamente con otros compuestos que aumentan su permanencia en el ambiente y su adhesión a las semillas. Entre otros beneficios, los bioinoculantes mejoran la fijación de nitrógeno y la absorción de fósforo, nutrientes esenciales para las plantas, las protegen contra organismos patógenos y aumentan la producción de biomasa vegetal.Un grupo de científicos del Instituto de Agrobiotecnología de Rosario (Indear), liderado por Martín Vázquez, investigador independiente del Conicet, lleva adelante estudios orientados a crear nuevos bioinoculantes a partir de los microorganismos que naturalmente se encuentran en las raíces de los cultivos. El equipo enfocó su análisis en soja y trigo y describió las bacterias que viven asociadas a sus raíces en una extensa zona de la pampa argentina. Gracias al análisis realizado los investigadores comprobaron un incremento en los rindes, tanto en soja como en trigo, de hasta un 15%.Además, según explica Vázquez “estos microorganismos mostraron una capacidad de aumentar el rendimiento en forma selectiva dependiendo del ambiente. Por ejemplo, las cepas que mejor funcionaron en Pergamino, no necesariamente fueron las más eficaces en Balcarce”. De esta manera quedó demostrada la interacción de las distintas cepas con el ambiente y el tipo de suelo, lo que permitiría direccionar mejor el tratamiento de acuerdo al tipo de ambiente que se encuentra en cada campo. “Hoy la variedad de bioinoculantes comerciales es muy limitada, pero se sabe que existe una diversidad muy grande de microorganismos que interactúan con las plantas y que muchos de ellos directa o indirectamente favorecen al crecimiento vegetal”, señala Nicolás Rascovan, quien participó en la investigación como becario del Conicet.Rascovan sostiene que “si pudiéramos comprender mejor qué organismos interactúan con los cultivos en el campo, identificarlos y cultivar aquellos que aportan un beneficio a las plantas se podrían aplicar para mejorar significativamente la productividad agronómica sin necesidad de depender exclusivamente de los agroquímicos”.En una de las plantas aislaron y cultivaron miles de microorganismos de las raíces de las plantas, y luego los identificaron secuenciando una región específica del ADN de cada uno (el gen de 16S ARNr). Finalmente, estudiaron sus potenciales capacidades como promotores de crecimiento vegetal o controladores de patógenos vegetales.
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