Si bien los cambios del gravamen que se cobra sobre los sueldos tienen hasta ahora media sanción de diputados, la postura asumida por todas las bancadas peronistas anticipa que ya comenzó la campaña electoral para las elecciones legislativas de octubre del 2017, donde se pondrá a plebiscito la gestión de Macri.Así, el año parlamentario concluyó en Diputados con una ruptura con el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, quien tuvo un rol central para que el gobierno tenga leyes claves, hasta que se unió al kirchnerismo para votar Ganancias. No solo porque se aprobó un proyecto contrario a la postura del oficialismo sino porque allí se quiso imponer casi un plan económico, porque en la iniciativa acordada por la oposición se incorporan y cambian impuestos que afectan ejes centrales de la política económica, como el blanqueo de capitales, la promoción de la actividad minera y se reformula el déficit fiscal.De todos modos, más allá de lo que ocurra con Ganancias en el Senado en lo que queda de diciembre, el oficialismo pudo terminar su primer año con un balance positivo porque sancionó las iniciativas económicas y sociales claves para encarar su programa de gobierno, como el pago a los fondos buitres, el presupuesto, y la reparación histórica a los jubilados.En la cámara Baja Cambiemos tiene 87 de las 257 bancas, es decir algo más de un tercio del cuerpo, con lo que tiene la capacidad de resistir si la oposición quisiera insistir con una ley que haya sido vetada, para lo que se necesitan dos tercios. Pero en el Senado sólo tiene 14 bancas de 72.Así en los primeros meses de gestión logró aprobar el pago a los fondos buitre -una herramienta que el gobierno considera fundamental para conseguir financiamiento externo- el blanqueo de capitales, la ley de reparación histórica a los jubilados y devolución del IVA para beneficiarios de planes sociales.Si bien el número de leyes de casi un centenar es menor al que se votaron en los años anteriores también es cierto que cada ley requirió de consensos que no hacían falta cuando ejercía el poder el kirchnerismo que tenía mayorías en las dos cámaras.También se pudo sancionar las leyes de contratos públicos-privados, de limitación de superpoderes y del presupuesto, que se convirtió en la última iniciativa votada con consenso pero donde el gobierno debió incorporar decenas de reclamos realizadas por los mandatarios provinciales para que puedan renegociar sus deudas y flexibilizar las normas para que puedan acceder a créditos.En los primeros meses el oficialismo ya fue consciente que no sería fácil la relación con el justicialismo, que en mayo se unió para votar una ley para prohibir despidos por seis meses, y esto generó el veto presidencial.En ese mismo camino iba la ley de emergencia social sancionada en el Senado pero un acuerdo entre el gobierno y las organizaciones sociales permitió que se consensuara un nuevo proyecto que será convertido en ley la próxima semana por la Cámara alta.También sufrió un traspié con la reforma electoral porque el Senado decidió no tratarla por la oposición de los gobernadores a la boleta electrónica, aunque la gran derrota del gobierno fue el proyecto votado en diputados sobre el impuesto a las ganancias, que es posible que sea convertido en ley por la Cámara alta. La sanción o no de esa iniciativa, y la respuesta del Ejecutivo, que podría apelar al veto presidencial, marcarán no sólo el fin de este año sino los meses que quedan de aquí hasta las elecciones de octubre.Fuente: NA-Télam
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