Señora Directora: Hay un sinnúmero de sindicatos los cuales “dicen” proteger a sus afiliados, que en cierta “desmedida” es cierto para el caso –por ejemplo–, de los transportistas; también los que están en el manejo del dinero de los demás –entidades bancarias– y que ni lerdos ni perezosos, consiguen adicionales y porcentajes simplemente porque si paran, dejan el movimiento de transacciones en stand by y eso no se puede permitir obviamente.Son los pícaros, los vivos de siempre, que se las ingenian para apoltronarse en el sillón del sindicato y de ahí para adelante, sin miedo y con audacia enfrentan al mundo.¿Qué pueden decir los trabajadores que no tienen sindicato, que trabajan desprotegidos, que ganan mucho menos que los cogotudos que abundan por todas partes?¿Qué pueden decir los jubilados, que han trabajado 30, 40 o más años aportando –en el caso de Misiones– el ¡19%!, cuando en otras provincias del país aportan el 11% que es lo que establece la Ley de Contrato de Trabajo 20.744 y de la cual hace años no se habla, a tal punto que muchos trabajadores no la conocen ni saben de qué trata?¿Qué pueden decir los discapacitados, que quedan marginados por una sociedad que los ignora y excluye del sistema social y laboral?¿Qué pueden decir los linyeras, que deambulan sin hogar, ni un plan de vida que los funcionarios nunca diseñaron; linyeras que de vez en cuando los vemos o los recordamos si escuchamos “La canción del linyera”, cuyos acordes y letra son de Antonio Tormo?¿Qué pueden decir los serenos, cuyo trabajo generalmente es nocturno y arriesgan su vida por un sueldo incierto, incluso muchas veces ni pueden descansar por el bullicio de sus vecinos?¿Qué pueden decir los fleteros, cuyos ingresos dependen del día a día y muchas veces del capricho de la empresa que los contrata?¿Qué pueden decir los artesanos, que exponen sus trabajos a disposición de la gente, pero quedan mirando cómo muchas personas prefieren comprar en el extranjero?¿Qué pueden decir los “trabajadores explotados y en negro”, cuyos derechos no existen y poco o nada se hace por darle solución, quizás porque los explotadores son afines al poder?Así vemos las distintas situaciones que se presentan en todos los ámbitos de la sociedad y solamente los altos funcionarios, así como muchos que no justifican su patrimonio en la faz comercial, pueden mirar desde arriba con un bienestar que genera envidia y los diferencian con los de abajo, que son los que ponen el hombro y generan riqueza para los poderosos.A todo este panorama desigual, se suman los constantes y permanentes reclamos que impiden el normal desplazamiento de quienes desean realizar sus tareas cotidianas. Claro está que detrás de esas personas hay agitadores que no muestran la cara y lamentablemente este sombrío paisaje ciudadano, no invita a inversores extranjeros que podrían ayudar a dar soluciones progresivas al grave problema que nos aqueja a los argentinos.Pero la oposición no ayuda, más bien, traba y entorpece la actual gestión con un plan muy evidente y ya expresado por el hijo de la doctora, “que la gente analice lo que votó”. ¿Quiere la mayoría de argentinos volver al pasado que está siendo investigado? Más claro, ¡échale agua!
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