Sol Tiesso (30) y Juan Revestido (31) son docentes de Buenos Aires que recorren el país con una biblioteca rondante y a su paso por Misiones compartieron su proyecto literario con varias comunidades educativas y municipios de la provincia. Al despedirse de la tierra colorada dialogaron con PRIMERA EDICIÓN y contaron su experiencia: “Queríamos conocer el país de otra manera y ver qué otro lugar nos podría recibir mejor de lo que creíamos nosotros nos estaba recibiendo Buenos Aires. Se nos ocurrió salir a la ruta y recorrer el país, tranquilos. Sin apuros, sin el ritmo de las vacaciones que impone un trabajo, y poder conocer de la mano de su gente cada uno de los rincones que solíamos visitar cuando íbamos de vacaciones. Tuvimos la idea de armar una casa rodante para vivir con comodidad y autonomía, recorrer y poder dormir donde quisiéramos”, comentaron, al referirse al nacimiento de esta iniciativa que arrancó en mayo de 2015 y se extenderá por otros varios meses. Todo el proceso les llevó poco más de un año y medio: preparar el móvil, concienciarse sobre lo que sería la vida nómade y salir a la ruta. En el medio surgió un proyecto literario vinculado a la docencia pero de una manera menos estructurada de lo que plantean las escuelas. “Armamos el proyecto para realizar talleres esporádicos. A medida que los fuimos haciendo se convirtieron en una fuente de financiamiento que permiten solventar nuestros costos de viaje, gastos”, esto además de la vinculación con la gente del lugar, principalmente los chicos, docentes, directivos. “La gente que nos va recibiendo abre las puertas y nos muestra cómo es la vida allí, como se vive día a día, como es la rutina, los tiempos, los ritmos. Eso nos permitió muchas veces nutrir al blog que llevamos adelante que se llama <a href="http://destinonomade.com/">Destino nómade</a>, donde contamos las experiencias de estas vivencias, recorriendo los destinos claramente turísticos como aquellos que no los son tanto. No descartamos ni prejuzgamos ningún destino, entonces tratamos de ir casi pueblo a pueblo, recorriendo el país”, confiaron.Comenzaron por Buenos Aires, La Pampa, Río Negro hasta la costa, Ushuaia por la ruta 3, y luego empezaron a subir al Norte por la Ruta 40. Atravesaron Mendoza, San Juan y San Luis. A medida que subían se acercaba el invierno entonces en lugar de continuar por la Cordillera que es donde el clima se pone más complicado, frenaron la hoja de ruta, recalcularon y se dirigieron hacia el Litoral: Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Chaco. Ahora la travesía transcurre por Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja. No tienen prevista una fecha de regreso. “No sabemos adónde vamos a retornar, la idea no es volver a Buenos Aires porque esto nos convenció mucho más de la decisión de irnos”, comentaron.Casi dos mesesMisiones fue una de las provincias donde más tiempo permaneció la pareja aunque el proyecto no tuvo el éxito esperado. En las distintas localidades por las que pasaron se acercaron a hablar con autoridades municipales pero “lamentablemente tuvimos poco éxito”. Algo similar pasó en Corrientes y en Chaco. “Fuimos a escuelas y colegios, encontramos en los contactos directos oportunidades que nos permitieron volver a trabajar y generar recursos. Sobre la ruta costera solo en El Soberbio tuvimos un taller. Pero son situaciones que se dan. Muchas veces el contexto económico limita la posibilidad de estas propuestas por más que puedan resultar interesantes. Y nosotros tenemos que adaptarnos”. El abuelo de Revestido vivió en Capioví por lo que ya identificaban la zona y tenían algunos conocidos, lo que generó “muchas bienvenidas. Aprovechamos para descubrir rincones que para nosotros y muchos en el país no son tan conocidos”. Viajaron por la ruta costera, desde Apóstoles, parando en Itacaruaré, Panambí, 25 de Mayo, Santa Rita, El Soberbio. Luego, San Vicente, San Pedro, y el extremo oriental del país, donde nace el sol, en Bernardo de Irigoyen con su frontera seca, y luego atravesaron la provincia bajando por la ruta 12.
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