Se ha encontrado una relación positiva entre la práctica de la actividad física y el rendimiento académico en varios estudios realizados por el Departamento de Educación del Estado de California en los EEUU (Dwyer et al, 2001; Dwyer et al, 1983; Linder, 1999; Linder, 2002; Shephard, 1997 y Tremblay et. al, 2000) que apoyan la idea de que dedicar un tiempo sustancial a actividades físicas en las instituciones de formación, puede traer beneficios en el rendimiento académico.Como dato más relevante, los jóvenes universitarios poseen una alta presencia de creencias favorables sobre hábitos de vida saludable y a pesar de ello, no los llevan a la práctica.Según distintos autores, los jóvenes universitarios en general, no tienen buenos hábitos alimentarios, consumiendo dietas desequilibradas con alto contenido calórico. Además la práctica de ejercicio físico es nula, aun sabiendo que una buena alimentación y la realización de ejercicio tienen efectos beneficiosos sobre la salud. A esto hay que añadirle el consumo elevado de alcohol y tabaco.Además de la mejora del rendimiento académico, al incorporar actividad física para los estudiantes dentro de los campus universitarios, podemos conseguir otros beneficios que pueden atribuirse a lo personal y a lo social, los cuales colaboran en la formación de la persona, en este caso del estudiante. Por ejemplo:Valores sociales: respeto a los demás, cooperación, relación social, amistad, pertenencia a un grupo, competitividad, trabajo en equipo, expresión de sentimientos, responsabilidad social, convivencia, lucha por la igualdad, compañerismo, justicia, preocupación por los demás, cohesión de grupo.Valores personales: habilidad (forma física y mental), creatividad, diversión, reto personal, autodisciplina, autoconocimiento, mantenimiento o mejora de la salud, logro (éxito-triunfo), recompensas, aventura y riesgo, deportividad y juego limpio (honestidad), espíritu de sacrificio, perseverancia, autodominio, reconocimiento y respeto (imagen social), participación lúdica, humildad, obediencia, autorrealización, autoexpresión, imparcialidad.Por otro lado, hay evidencia teórica que nos indica que el ejercicio físico tiene una fuerte influencia en factores que no se habían considerado anteriormente. Algunos de ellos tienen que ver con los estados emocionales como ansiedad, depresión y estrés. Además de mejoras de las capacidades intelectuales y cognitivas, apoyados en cambios funcionales a partir de la práctica de deportes y actividad física.Es importante mencionar que la actividad física practicada con regularidad reduce el riesgo de enfermedades y es un factor determinante en el consumo de energía, por lo que es fundamental para lograr un equilibrio energético, un buen control del peso y una vida saludable.Es por todo lo mencionado con anterioridad que es de suma importancia desarrollar programas de salud para promover estilos de vida saludables en los campus universitarios.Colaboración: Lic. Franco VelardeProfesor de la Licenciatura en Actividades Físicas y Deportivas – Universidad Católica de las Misiones (UCAMI)
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