Señora Directora: El Día Mundial del Urbanismo se celebra en más de 30 países de cuatro continentes cada 8 de noviembre. Es un día donde se reconoce y promueve el papel de la planificación en la creación y manejo de comunidades urbanas sostenibles, con el marco de ordenamiento regional al que pertenecen.El Día Mundial del Urbanismo presenta una excelente oportunidad para contemplar la planificación desde una perspectiva global, pues es un evento que apela a la conciencia de los ciudadanos y las autoridades públicas, y llama la atención hacia el impacto ambiental que produce el desarrollo de ciudades y territorios.En 1934 el urbanista ingeniero Carlos María della Paolera, primer catedrático de Urbanismo en Argentina, ex-director del Instituto de Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires y graduado del Institut d´Urbanisme de Paris, concibió el símbolo del Urbanismo con el oro, azul y verde por el sol, el aire y la vegetación.Tres lustros después, en 1949 por iniciativa del mismo urbanista, se creó el Día Mundial del Urbanismo, con el propósito de abogar por los intereses públicos y profesionales de la planificación urbana.Qué importante sería que nuestros representantes de la ciudad se aboquen a valorar los edificios emblemáticos restaurándolos –ejemplo: el ex Hotel Savoy- y a diseñar una verdadera ciudad capital a sabiendas de que el microcentro ya colapsó y pasó a ser sólo una porción de todo el ejido urbano, lo que lleva a pensar la incorporación de todos los conglomerados habitacionales que se fueron formando en distintas zonas colindantes, produciendo la extensión de la ciudad de Posadas.Convocar a los arquitectos e ingenieros civiles a un debate sobre “la ciudad que queremos” y luego definir la estrategia a seguir para lograr el objetivo fijado por consenso, sería la manera más lógica y democrática ante la urgente necesidad que amerita la circunstancia.No solamente con hermosos edificios y obras públicas hacen a una ciudad atractiva al turismo, también deben tenerse en cuenta el estado de las calles y avenidas (están asfaltando una calle empedrada, cuando las avenidas están llenas de baches), de veredas (destruidas en más del 50% en el microcentro, y mediocres y parcializadas fuera del mismo), de la limpieza y control de los edificios abandonados, del desmalezamiento (que luego de terminado el trabajo quedan miles de papelitos y plásticos entre el pasto cortado), del control de tránsito y ruidos molestos las 24 horas todos los días y de la seguridad en especial (en la costanera casi todos los días rompen vidrios de los vehículos para robar y los ladrones viven en las inmediaciones con el privilegio de no pagar impuestos ni servicios).En cualquier democracia del mundo las cosas se ordenan de acuerdo a pautas fijadas por quienes entienden de lo que significa organizar y mantener en orden una ciudad.Todavía vemos la mezquindad en el manejo de ideas y proyectos de quienes son simples funcionarios pasajeros y que no permiten que cualquier ciudadano pueda tener una genial idea.
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