Señora Directora: Quiero manifestar mi opinión en relación con lo publicado en los últimos días referido a la posibilidad de cambio de nombre de la antigua avenida Mitre de Posadas, por otro recordatorio de las victimas del ciclón ocurrido en Encarnación en setiembre de 1926. No puedo menos que sorprenderme por esta iniciativa. Las víctimas y la destrucción de la vecina ciudad, se merecen sin dudas, nuestro más profundo respeto y todos los homenajes, entre ellos el de poner esa fecha como nombre de una calle, plaza, edificio, parque, etc., pero no logro comprender el porqué del cambio propuesto, cuándo se trata del nombre de un ex presidente constitucional de la Argentina (el tercero luego de Urquiza y Derqui), iniciadores de la era constitucional, y lo tiene desde hace alrededor de cien años. No quiero suponer que quizás se pretenda desplazar la historia, nuestra historia, y reivindicar un error histórico de una guerra que no debería haber sido y que los argentinos de bien, nunca la justificaremos. Pero la avenida lleva ese nombre por el hecho de haber sido Presidente de la República, como la tienen otros como Yrigoyen, Sarmiento, Avellaneda, Perón o Illia, etc. Además, los hermanos encarnacenos no necesitan de esa “genuflexión” para reconocer esa hermandad, tuvieron demostración espontánea y solidaria cuando ocurrió el desastre y con posterioridad, y lo seguimos demostrando siempre en muchos aspectos (entre ellos la atención médica y la educación gratuitas) que ellos saben reconocer. Si acaso fuera un pedido de los paraguayos, no debería considerarse, porque no se cambiaría nada de la historia con ello y yo diría que están equivocados al pretender que la injusticia de la guerra se subsanaría con el cambio de nombre y que el ensañamiento hacia Mitre sería injusto, puesto que fueron los brasileños quienes mataron a López y desbastaron Asunción; además de pretender el reparto del territorio paraguayo, a lo que Mitre (la Argentina) se negó expresando que “la victoria no da derechos”, evitándose así el fin de la nación paraguaya. Si fuera sólo ideas de concejales capitalinos, más bien me produce tristeza, habiendo tantos otros lugares, como por ejemplo la plazoleta de avenida Andresito (ex Roque Pérez), con placas o monumento recordatorio donde antiguamente y por muchísimos años estuvo “La Placita”, por donde se canalizaba todo el movimiento comercial y humano entre Posadas y Encarnación.Por otra parte, queridos concejales, en nuestra ciudad hay cosas más importantes para la vida diaria, que aunque parezcan pequeñas, se vuelven grandes para quienes la padecen; ejemplo: que todas las veredas estén en buenas condiciones y tengan el mismo nivel en un plazo determinado; que cuando se repare o construya una vereda no se cierre el paso peatonal a todo lo ancho de la misma, obligando a la gente a bajar a la calle para pasar ese tramo donde el tránsito vehicular intenso continúa, constituyéndose en grave riesgo sobre todo para: no videntes; sillas de ruedas o muletas; mujeres embarazadas o con niños en brazos o con cochecitos de bebés, o ancianos con dificultad motriz, pudiendo realizar el trabajo por mitades. La pintura de las líneas peatonales en todas las esquinas. La educación y respeto por las normas de tránsito como programa permanente y la incorporación de esta enseñanza en las escuelas desde el jardín de infantes, única manera de lograr un cambio cultural con el tiempo. El peatón es el sujeto y objeto de la vida ciudadana, ya que, aunque tengamos un vehículo todos caminamos por la ciudad.Escribe: Dr. Marcos Crispín Ortiz – Posadas (Misiones)N. de la R.: El actual nombre de la avenida que circunda al norte el microcentro posadeño y que el lector menciona como avenida Andresito (Comandante Andresito Guacurarí) es el de Roque Pérez que le fue restituido en 1999 mediante la ordenanza 294 de ese año, norma luego consolidada con la ordenanza 487/76, que regula el nombre de avenidas, ochavas y bulevares, como artículo 33 de la ordenanza XVIII-4, Digesto Jurídico Municipal.
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