Señora Directora: En estos últimos años, más precisamente en la última década, se fueron dando hechos aberrantes muy graves en nuestro país y Misiones no fue ajena a los mismos.Alguien dijo: “Han dejado abiertas las puertas del país y los que aprovecharon la oportunidad fueron los que comercializan, chantajean a empresarios y envenenan a nuestros jóvenes con sustancias prohibidas a las que acceden delinquiendo ante la necesidad de consumo”.Por nombrar un caso espeluznante y que sucedió en Panambí el 25 de mayo de 2014, donde cinco encapuchados ingresaron a la vivienda del empresario Knack –situada a escasos metros de la ruta asfaltada 5- y que no se conformaron con llevarse el dinero reclamado después de torturar a la hija de 12 años, sino que lastimaron a toda la familia y luego los quemaron vivos con una saña poco conocida en nuestro medio, con un tinte mafioso como se dice habitualmente.El que se salvó fue Carlos, el hijo menor de los varones y que hasta hoy reclama justicia; por eso tuvo la oportunidad de hablar en un medio televisivo nacional donde muy acongojado comentó parte de lo sucedido, según los relatos de su padre –antes de morir- y su hermano Cristian, quien luchó por su vida pero lamentablemente falleció el 30 junio siguiente.Muchos nos preguntamos ¿para qué se investiga, se levantan huellas, se toman declaraciones, se analizan celulares, entre otras tantas pautas investigativas, si luego (¿por orden de alguien?) todo avanza con tanta lentitud con una clara intención de evitar una condena a los imputados, que todavía siguen siendo tres los detenidos? ¿Y los dos faltantes dónde están? Seamos honestos por una buena vez, hay casos que son indefendibles y éste es uno de ellos; los que cometen este tipo de aberraciones deberían morir en la cárcel.El dolor y la angustia las tiene quien sobrevive, el familiar directo, que se pregunta una y otra vez ¿por qué llegaron hasta ese punto extremo? ¿Por qué torturaron a mi hermanita? Y la respuesta sigue ausente, pero el sufrimiento se mantiene presente.Por algo siempre se dijo que en casos complicados, en los que hay intereses creados, hay implicados con jerarquía de poder y pareciera que lamentablemente es así.Carlos “Nano” Knack, sobreviviente de esa masacre, tiene la convicción espiritual de seguir luchando y peleándole a la vida diariamente, aunque no se haga justicia en esta vida terrenal.
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