Señora Directora: Que el ministro de Turismo y el intendente de la ciudad de Posadas salgan cada domingo a recorrer los distintos barrios, especialmente los que se encuentran en la periferia, fuera del microcentro, sería una buena idea.Es simplemente para que vean con sus propios ojos el sinnúmero de problemas que abundan en los distintos lugares que necesariamente deberían ser tomados en cuenta y sanearlos para así ofrecer al turista una ciudad limpia y ordenada.Hay centenares de vehículos abandonados en pésimo estado de conservación que son el hábitat ideal para los insectos y roedores; incluso algunos circulando con patente vieja porque no hay controles suficientes.También viviendas con un terreno lleno de basuras y cosas en mal estado. Se suman las construcciones abandonadas, vaya a saber hace cuántos años, que sirven de refugio no solamente a todo tipo de alimañas sino como lugar de protección a las personas sin techo y dominadas por el vicio.En el municipio posadeño hay unas 70 villas marginales y aún no se tomaron las medidas de censar e impedir que sigan apareciendo familias de origen desconocido, las cuales amplían el índice de pobreza. Se sabe que familias que vivían en el interior de nuestra provincia y realizaban tareas de cosecha, han elegido acercarse a la ciudad capital.¿Cuánto dinero se gastó para hacer y colocar los adoquines de cemento? La mayoría de las calles con este sistema de “mejoramiento” están destruidas y también –me imagino- la ilusión de los frentistas que pagan sus impuestos.¿Cuándo será el día en que se exigirá y se controlarán los trabajos de obra pública que pagamos todos los contribuyentes?¿Acaso no será un orgullo y una satisfacción para quienes son los responsables de hacer un trabajo tan importante y que es un beneficio de toda la comunidad?O seguiremos sufriendo el problema de la corrupción, viendo como los que se involucran en política ya no piensan en “hacer un paso al costado” cuando termina su mandato, sino continuar por los beneficios que logran al jubilarse.Los argentinos necesitamos tomar en serio, con responsabilidad y honestidad, tanto la tarea cotidiana personal como cuando asumimos un cargo, una función pública, porque en éste caso estamos en la “vidriera y ante la mirada de todos”, pues entonces la palabra “vergüenza” debería ser tenida en cuenta y evitar malos antecedentes.Seamos optimistas, que las cosas seguramente mejorarán si ponemos voluntad y optimismo.
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