Catalogado por la crítica como el “autor imprescindible en la narrativa argentina contemporánea”, Vicente Battista brindó dos encuentros importantes en la ciudad Capital. El primero se produjo en el marco de las Jornadas Literarias de la Sadem, donde se enfocó en la novela policial, en un recorrido del género desde el momento en el cual Edgar Allan Poe publica el cuento “El Crimen de la Calle Morgue”; que -dice Battista- “inaugura” en 1841 a la “novela policial” como género . En ese sentido, este apasionado escritor y narrador realizó un trayecto bastante general de la literatura en sí, para después detenerse en el policial argentino, que -según dijo- tiene una influencia muy grande de cómo el género se desarrolló en el mundo de habla hispana.Contó Batista: “Hay que tener en cuenta que la primera novela policial publicada que sale a la escena pública en lengua española es ‘La Huella del Crimen’, en 1876. Su autor, Raúl Waleis, fue el seudónimo de Luis Vicente Varela”.“Waleis era en realidad hijo de Florencio Varela y de una hermana de Miguel Cané, familias opositoras a Rosas”, explicó Battista, hábil en exponer siempre la información menos conocida.“Sus obras son aclamadas como antecedentes y fundadoras de la edición de la novela policial en lengua española”, confió acerca del montón de material que desglosó. “Por ahí se sostiene mucho la idea de que un crimen o un muerto serían el sello principal para convertir cualquier escrito en un texto del género policial. Esto no es así, porque la literatura desde comienzos de la humanidad a la fecha hay muertos por todos lados”, ironizó.Antes de que ambos encuentros se produzcan, Battista aceptó -con toda amabilidad- charlar telefónicamente con ENFOQUE para pensar la novela y la crítica pero también volver a explicar (una vez más) sus teorías sobre muertes y casos que conmovieron a la opinión pública como por ejemplo las del empresario Alfredo Yabrán y el suicidio del fiscal Alberto Nisman. “Yo (se atajó) no soy un catedrático ni académico o crítico, pero por razones de gusto y economía lo hago. Hace algunos años realicé criticas literarias con lo cual es importante manejar la idea de lo que es el crítico, cómo hay que acercarse a un texto, la manera de entrar a él. La función real del crítico y los diferentes modos de leer un texto”, puntualizó.“Lo que me interesa sobre todo es poder tirar ideas y después establecer un diálogo”, deslizó.Todos los días se nos dice que lo “negro” es malo, pero al mismo tiempo lo fagocitamos con avidez desmesurada. ¿Nos mienten?Bueno, el morbo del ser humano corre por su carril. Es decir, nos interesa más -en términos reales- un crimen, por venganza, sea del tipo económico o de lo que sea, que un muerto por una tragedia vial o porque hubo una tormenta, que son noticias que suelen olvidarse muy rápido. Pero si sucede que un señor entró a una casa y mató a toda una familia, eso inquieta, intriga. En los casos de quienes cometen un crimen pensado, nos interesa mucho profundizar en las razones de esas muertes. El policial, siempre atrajo.Natalio Botana, fue el creador del gran y célebre diario Crítica, el primer diario argentino que sacó en primera plana, noticias policiales. La Nación, la Prensa, La Razón, eran diarios que en aquellos años no les daban categoría a la noticia policial. “Botana, con mucho olfato periodístico, puso noticias policiales en primera plana. A partir de ahí, no es casual que Crítica haya sido el diario de mayor tiraje en la historia del país, ya que llegó a tirar un millón de ejemplares en dos ediciones (la quinta y sexta).Hoy un tema que vuelve a ocupar el centro de la polémica en las páginas de policiales tiene que ver con la justicia por mano propia y hasta algunas figuras públicas parece que hacen cierta promoción del tema. Se habla mucho y livianamente, ¿Cuál es su postura sobre ésta cuestión? Me parece espantoso. Yo, si bien no soy alguien que cree devotamente en la Justicia, porque supongo que está muy “arreglada”, no voy a apoyar nunca la justicia por mano propia. Sí, claro, puedo entender que si me veo obligado a actuar en probada defensa propia -mi vida todavía me interesa-, pero aquello de que me robó, lo seguí y le di un hachazo en la cabeza, no me parece. Así como estoy en contra de la pena de muerte estoy en contra de matar por cualquier motivo. Para mí no hay nada más valioso en el mundo que la vida, cualquier vida humana, sin distinción.Hoy, claro, se habla livianamente de la cosa y esa es una cultura que hay que rever totalmente, volver al humanismo, al verdadero cristianismo. Es decir, pensar en el otro. Uno puede escribir historias donde mata a todo el mundo, pero en la vida real yo no mato una mosca. Soy incapaz de matar a un animal cualquiera sea, así que más aún soy incapaz de matar a un ser humano.Se dice que la ficción no se saca de un pozo seco, que de algún lugar siempre viene como “agua que fluye” para narrar alguna historia. ¿A usted lo han inspirado casos de la vida real?Yo me baso mucho en casos de la vida real, a cada rato. Todos los días hay una noticia nueva, policial o no que te lleva a pensar una historia. Puedo decir sí que no hay necesidad de un caso grandioso para empezar a narrar, cualquier situación me puede llevar a escribir una historia, que empieza casi siempre con una pregunta: ¿qué hubiera pasado si…? y desde ese punto de partida me pongo a imaginar. Leo algo, o me lo cuentan y me digo "¡pero eso sirve para escribir un cuento o una novela!".Qué me dice de un caso tan polémico como el de la muerte del fiscal Alberto Nisman…Yo escribí algo para Página 12, ahí está lo que pienso. Es una tomadura de pelo lo que decían sobre cómo lo habían matado y que sé yo. Ahora llevan el caso al fuero federal, perfecto que lo hagan, están en todo su derecho, pero es grotesco. No hay un sólo indicio de que este hombre, a quien yo no le tengo simpatía porque saber que él como fiscal de la Nación quien estaba trabajando en una causa tan tremenda como fue la voladura de la Amia, perdía muchísimo tiempo yendo y viniendo al Caribe, gastándose el sueldo que le pagaba la Nación para que investigue, para pagar mujeres no me parece muy ético. A todos los que salieron en esa tarde de lluvia a homenajearlo con motivos de “Soy Nisman” y que después se enteraron que además de comprar chicas compraba propiedades sin declarar al fisco, y que no era una persona de “bien” después ya no querían “ser” Nisman. Pero bueno, se mató y eso generó impacto. Pero de ahí a imaginar que alguien lo mató es ridículo, no entra en ninguna lógica. Es como esas narraciones en las cuales pasa de todo y al final era todo un sueño. Con lo que se dijo sobre su supuesto asesinato y cóm
o fue, realmente no podés convencer a nadie de que lo asesinaron.Otro caso muy famoso fue el del empresario Alfredo Yabrán…Me acuerdo que cuando se dio la información de que se mató me dije: dentro de 10 minutos me llaman. Y, efectivamente en ese tiempo me convocan para hacer una nota. Recuerdo que dije “A Yabrán lo mataron”. Fue una bomba, yo elaboré toda mi teoría en torno al suicidio inducido. Sabiendo cómo es la mafia, a Yabrán le dijeron lo siguiente: “Mirá Alfredito o te matás o matamos uno por uno a todos los miembros de tu familia. Elegí. O te matás vos y tu familia se queda en paz, con buena plata, se retiran de los sitios que solían frecuentar, se van del país. No importa. Pero vos tenés que matarte porque tenés que estar callado, no podés abrir más la boca. Elegí, o te matás o matamos a toda tu familia y vas a ser el responsable de la muerte de tus nietos, tus hijos, tu esposa. No te queda otra que ponerte una escopeta de dos caños y volarte la cabeza”…Eso es un asesinato. Porque lo obligaron a asesinarse. Un hombre como Yabrán no se iba a suicidar porque sí. Él era un comerciante y estaba en la mafia. Los mafiosos no se suicidan, los suicidan. Me acuerdo que en aquel momento elaboré toda una interpretación jurídica de los asesinatos que incluyen también suicidios inducidos. Después empezaron a aparecer las historias ridículas de que no era él. Yabrán se mató y listo. Fue un suicidio en términos legales.No pasó lo mismo con Nisman, que se volvió loco cuando se dio cuenta que lo dejaban solo porque tenía que presentarse a demostrar su loca teoría. No es casual que antes de estos hechos lo llamara a Antonio Stiusso siete o diez veces y el otro nunca le contestó. Nisman estaba desesperado y eso está todo comprobado por la Justicia. Una persona que empieza a leer textos sobre cómo volver de la muerte, evidentemente estaba con esa idea y ante la debilidad total no le quedaba otra cosa que matarse. Volviendo a la ficción y a sus novelas: ¿Con cuál de sus obras menos conocidas querría que lo saquen a empujones del casillero “novela policial”, si las hubiera? Es decir, cuál, sería para usted la que decididamente no entraría en el género policial negro?No soy, tampoco, un adicto a los géneros. El género es una cuestión de comodidad también. De todos modos no me molesta el encasillamiento, soy periodista de Policiales”.De las novelas que tengo escritas, cuatro novelas se podrían incluir con toda comodidad en el género policial. Tengo un libro de cuentos que en homenaje a la obra de Waleis se llama “La huella del Crimen” que es un libro de cuentos policiales, después de eso tengo otros libros y novelas más que no son del género. Pero, insisto, a mí no me molesta el encasillamiento, si yo escribo sobre policiales. Pasa que Poe (y eso lo marcó Borges) -aclaró- cuando inauguró (creo) el género policial también creó al lector de ese género, que es el señor o la señora que se ponía a leer sabiendo lo que leía y por tanto se ponía en esa actitud. Adolfo Bioy Casares solía decir que si tuviera que elegir un libro que él mismo había escrito para irse a vivir allí, elegiría ir a vivir en “Dormir al Sol”. Si esa metáfora se cumpliera y fuera verdad que los escritores pueden ir a vivir en sus libros, ¿usted cuál elegiría de los suyos?¡Ah, que problema! (se ríe a carcajadas) realmente si te digo la verdad, creo que no viviría en ninguna (se vuelve a reír) porque mis historias no son nada alentadoras, sus personajes son todos antihéroes. Mi primera novela es casi la historia de mi familia así que ahí no podría vivir, porque ya lo hice (sonríe). Después, otra novela que me gusta mucho es Gutiérrez a Secas, quien es un antihéroe total, un derrotado, un escritor por encargo…Tal vez, el personaje que más se acerca a mí, es el de “Sucesos Argentinos” (con el que ganó el Premio Planeta) y de “Siroco”, tipos malandras, irónicos, escépticos, quienes podrían acercarse a algunas formas de ver el mundo que tengo yo.Bioy tiene esa cosas de que sus personajes la pasan muy bien, no es mi caso. (En el tono se percibe un poco el desaliento).Los personajes de Bioy Casares… son un poco antihéroes también Y si, bueno, pero en “La invención de Morel”, en última instancia, el enamorado termina entrando en un mundo imaginario por esa mujer que ama. No está nada mal. Sus obras*Los muertos (1969) Editorial Jorge Álvarez (Libro de cuentos)*Esta noche reunión en casa (1973) Centro Editor de América Latina. “Battista despliega seductoras y sorprendentes vueltas de tuerca para coronar sus relatos”.*Como tanta gente que anda por ahí (1975) Editorial Planeta (Barcelona). *El final de la calle (1992) Editorial Emecé. *El mundo de los otros (2006) Editorial Casa de las Américas. (La Habana) *La huella del crimen (2007) Editorial Cántaro. *Antología Personal (2009) Ediciones del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos.*El libro de todos los engaños (1984) Editorial Bruguera. *Siroco (1985) Editorial Legasa (primera edición), Editorial Emecé (segunda edición, 1992) *Sucesos Argentinos (1995) Editorial Planeta. *Gutiérrez a secas (2002) Editorial RBA (Barcelona), Del Nuevo Extremo (Buenos Aires), Editorial Arte y Literatura (La Habana) y Monte Avila Editores (Caracas) *Cuaderno del ausente (2009) Editorial Ateneo. *Ojos que no ven (2012) Editorial AteneoPor Myrian Vera (periodista de PRIMERA EDICIÓN)
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