Giethoorn es la Venecia del Norte, una ciudad alucinante, en la que la circulación con coches está prohibida. En vez de calles hay canales, y sólo se puede recorrer en barca, en bicicleta o a pie. El aspecto es idílico, especialmente en verano, en el que la temperatura, la humedad y el ambiente se hacen inmejorables. Las atracciones son acuáticas, evidentemente. Ya sea en lancha o en bote, se puede practicar el “punter”, que consiste en coger una caña larga e impulsar el bote con ella. Es muy parecido a lo que hacen los gondoleros en Venecia.Desde luego es un destino para aquellos que quieran un lugar tranquilo y relajado.Una hora y media de camino, o lo que es lo mismo 95 kilómetros desde Ámsterdam, hacen que el encanto de este pueblo todavía se conserve fuera de las grandes masas de turistas. Se nota que sus habitantes viven del turismo pero menos masificado.Giethoorn, situado en el Parque Nacional Weerribben-Wieden, saltó a la fama con la película holandesa de 1958 “Fanfare” que participó en el Festival de Cannes. Situado en la provincia de Overijssel en el centro-norte de Holanda y en medio de una reserva natural conocida como De Wieden, el pueblo es famoso por sus canales y puentes de madera. Cuenta con muchos restaurantes y bares con terrazas a orillas de los canales. ¿La mejor forma de conocer la ciudad? ¡Cómo no! Navegando por sus canales. En la calle principal hay muchos restaurantes y negocios de alquiler de barcos. Para alquilar una de las barquitas no hace falta tener ninguna licencia, el motor que tienen es muy pequeñito y se pueden llevar muy fácilmente.A parte de los paseos en barco, quienes quieran disfrutar del turismo rural cuentan con muchas otras oportunidades. Se pueden alquilar bicicletas para hacer recorridos por los alrededores y visitar algunos museos como ‘t Olde Maat Uus, donde se puede ver una granja típica de la zona que data del siglo XIX.A poca distancia del pueblo hay otros atractivos turísticos interesantes, como Wanneperveen, Stenwijk es un bonito pueblo amurallado y Staphorst (a 20 kilómetros), pequeña localidad de granjeros con casas típicas de azul, verde y blanco.Según los lugareños en Giethoorn es cómo se aprovechó la oportunidad de hacer turismo rural y ecológico, y demostrar que el ecosistema se ve beneficiado con el entorno social y cultural. Es por este motivo que el mejor momento para conocer el pueblo es en primavera y verano, ya que todo el esplendor que despliega se ve beneficiado por el clima. Pero las postales de invierno y la experiencia de patinar en sus canales, tampoco son para despreciar. ¡Buen viaje!Giethoorn tiene más de 170 puentes, para cruzar los canales y acceder a las casas, lo que lo hace más pintoresco aún.Único y perfectoEn vez de calles hay canales. En un principio fue creado sobre turba y entre diferentes lagos. Para transportar la turba fueron cavados canales y acequias.De ahí que las casas parezcan construidas sobre islas pequeñas a las que sólo se puede acceder a través de puentes. Todo el añoVerano o invierno, Giethoorn es perfecta para visitar. En botes o patines, la experiencia es inolvidable.Giethoorn tiene una buena reputación gastronómica. Hay varios restaurantes maravillosos y la mayoría se encuentra a orillas del agua. El más destacado es “De Lindenhof” (Beulakerweg 77) con dos estrellas Michelin, pero también están el Hollands Venetië (Beulakerweg 167) y el ’t Achterhuus (Dominee T O Hylkemaweg 43).
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