Las sospechas aumentan y se caldean con cada indicio en dirección al asesinato del cuidador de la quinta El Lucero en el paraje San Isidro. Por lo pronto, el informe preliminar de la autopsia remarca que Víctor Maidana de 73 años sufrió un corte profundo en el cuello que le dañó la arteria carótida y finalizó en su deceso por un shock hipovolémico.Este resultado se sumó a la presunción de un crimen pasional luego de la detención de dos mujeres, madre e hija de 58 y 36 años respectivamente.De acuerdo a las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, el crimen habría sido motivado cuando la mayor de ellas descubrió que el hombre con quien mantenía una relación de pareja habría entablado una situación afectiva similar con la más joven.Este punto se baraja como el central y el que habría desatado una discusión y pelea dentro de la vivienda principal de la quinta de la avenida 210 casi exruta 213 en la zona Sur de la capital provincial.Presuntos testigos habrían visto ingresar y salir del predio a ambas mujeres en diferentes horarios y, por última vez, al finalizar la tarde del martes.La detenida de 58 años, según los primeros datos y voces, colaboraba con la limpieza de la propiedad y vivía con la víctima fatal en una vivienda del complejo habitacional de San Isidro.Ese inmueble fue allanado pocas horas después de descubierto el cadáver el miércoles pasadas las 14. Allí fueron secuestradas prendas de vestir y un par de ojotas, similares a las que dejaron huellas en la escena del homicidio.En cuanto a las ropas, los análisis científicos deberán determinar si tiene o no rastros genéticos que vinculen al hecho.En la quinta en tanto, se halló un cuchillo, un rastrillo y un mango roto. Estos elementos también serán peritados. En cuanto al rastrillo podría ser la herramienta con la que Maidana recibió golpes en la cabeza, especialmente en la región de la sien derecha donde se registraron cortes y hematomas.El cuchillo fue hallado entre las cenizas y restos del gallinero que dejó el fuego iniciado en las malezas del terreno vecino a El Lucero el miércoles. El dueño de la quinta y los bomberos que fueron llamados para sofocar las llamas, permitieron el hallazgo del cadáver dentro de la vivienda.Dentro del inmueble fue hallada una fotografía rota, con la imagen de una niña familiar directa o allegada a Maidana. Este detalle sería indicio también de una discusión previa al fatídico ataque.Las dos detenidas serán trasladadas a declarar ante el juez de Instrucción 2, César Yaya, durante las próximas horas, después que las actuaciones de los efectivos de la Dirección Homicidios y la División Investigaciones de la Unidad Regional X sean presentadas ante el mismo magistrado.El testimonio que pudieran brindar madre e hija sería determinante para despejar las dudas y apuntalar la principal sospecha, la de un crimen con un detonante pasional en común.Descartado un intento de roboInvestigadores y fuentes judiciales se manifestaron cautos ayer pero confiados en que sus cartas sean expuestas sobre el escritorio del juez César Yaya y se acelere el esclarecimiento del crimen. Se aguarda que el informe ampliado de la autopsia señale el horario presuntivo del deceso. De la información colectada entre los testigos que vieron entrar y salir a las sospechosas de la quinta, se estableció un tramo entre la tarde del martes y madrugada del miércoles.Mientras tanto, fue descartado el homicidio derivado de un intento de robo. El único elemento que falta de Maidana es su teléfono celular. Su motocicleta y demás objetos de valor fueron encontrados en la vivienda de la quinta El Lucero. La propiedad que cuidaba posee un parque rodeado por árboles frutales, flores, quincho, una pileta circular y una cancha de fútbol de césped natural.Cuchillo, palo y rastrillo Estos tres elementos fueron secuestrados el miércoles por los peritos de la Policía Científica dentro y alrededor de la quinta El Lucero.El cuchillo de veinte centímetros de longitud sería el utilizado para cortar el cuello a Víctor Maidana. En cuanto al rastrillo, las puntas o dientes habrían provocado lesiones en la cara y cráneo, mientras que el mango de madera se habría roto también en el feroz ataque.
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