Los economistas Daniel Artana, de FIEL, José Fanelli, de la Universidad de San Andrés, y Pablo Guidotti, de la Universidad Torcuato Di Tella, coincidieron este jueves en emitir señales de alerta sobre el bajo nivel de inversión y el alto grado de endeudamiento externo, de manera de no "repetir errores" que se cometieron en otros tiempos de la política económica Argentina.Las definiciones se realizaron durante la Conferencia Anual de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) que se realizó este jueves y cuya mesa tenía como eje debatir sobre la hipótesis de si "Esta vez será diferente?".Artana abrió su exposición con datos contundentes. "Estamos mal en materia de inversión", dijo y señaló que el país tiene niveles que rondan el 18,5 o 19% del PBI y alertó que a precios corrientes este porcentaje es menor aún. Puntualizó que todos los países desarrollados se encuentran por encima del 20% mientras que los de Asia están arriba del 40% y que el promedio mundial es superior al 25%.Aclaró que este no es un problema actual "Desde el ’80 a la fecha no hay un sólo año que Argentina haya invertido el 25% del PBI", subrayó Artana, uno de los anfitriones del encuentro realizado en el Plaza Hotel de la Ciudad de Buenos Aires en el que participaron el ministro de Interior, Rogelio Frigerio; el director del Departamento Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner; y el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, entre otros."Si uno está detrás de un objetivo ambicioso que es recuperar la tasa de inversión, puede eventualmente financiarse con fondos del exterior pero este esquema va a generar una vulnerabilidad que hoy está un poco escondida", dijo el economista jefe de FIEL.A modo de recomendación dio como receta la necesidad de llevar adelante un financiamiento "un poco más balanceado y para ello se requiere un incremento de la tasa de ahorro nacional".Artana advirtió que "para que eso ocurra va a haber que aumentar no sólo el ahorro privado, que sólo se da si el crecimiento del PBI está por encima del crecimiento del consumo, sino que se necesita una disciplina fiscal más ambiciosa de la que está planteada para el año próximo y se necesita un programa de reducción de déficit fiscal porque no sólo baja la dependencia del ahorro externo sino que el tipo de cambio real va a poder ser más alto".A su turno, José Fanelli, profesor de la Universidad de San Andrés, puso énfasis en el gradualismo elegido por el Gobierno para llevar adelante su política de cambio pero encendió la luz roja sobre el "gradualismo con el tipo de cambio no competitivo".No obstante, Fanelli reconoció que al Gobierno "no le quedó otra que comprar tiempo y endeudarse" pero señaló que se debe "resistir la tentación de endeudarse para dejar a todos contentos y apostar a construir credibilidad, institucionalidad e inclusión".Entre las alertas que enunció figuraron la necesidad de desarrollar el sistema financiero y el mercado de capitales, de lo contrario indicó que "no tenemos futuro" y ejemplificó con el campo, como el segmento más competitivo en la economía actual, que si quiere invertir sus ganancias no tiene instrumentos donde destinarlos."En Argentina tenemos muchos pobres transitorios, apenas se acelera la inflación o aumenta el dólar o tenemos una recesión fuerte, Argentina se llena de pobres" dijo y agregó que "ninguna política es implementable si no se garantiza la gobernabilidad, que supone lograr un equilibrio distributivo"."Estabilizar sin crisis sería un gran avance y si el gobierno lo logra va a figurar en los libros" y para ello recomendó "no posponer el ajuste estructural del déficit fiscal" y agregó que "bajar la probabilidad de crisis es fundamental para desdolarizar, y para ello no sólo hay que tener una moneda, sino que hay que conseguir que todo el mundo piense que no va a dejar de ser una moneda dentro de un año. Las dos cosas son importantes, si bajo la inflación rápido pero se compra una crisis entonces no conviene desdolarizar la economía", sostuvo Fanelli.Además remarcó la necesidad de "retrasar el tipo de cambio real las políticas de protección deberían estar entre las políticas públicas más eficientes. Hay que invertir en los jóvenes que son los pobres. Capital humano, inclusión y accesibilidad vía la infraestructura son los tres pilares", dijo y "el gobierno esto lo tiene claro".Por su parte, Pablo Guidotti, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, hizo hincapié en la relación deuda- PBI."Los niveles de endeudamiento sustentable para las economías emergentes están en el rango de 25 a 35 puntos del producto y nuestra deuda neta ya está en este momento partiendo del 30% y rápidamente superamos estos límites", advirtió y recomendó "no engañarse con el relato del desendeudamiento y de que Argentina se puede permitir un déficit grande porque no tiene deuda"."No es así. La Argentina ya tiene un nivel de deuda que es relativamente grande si hace las cosas bien es sustentable pero si el déficit sigue alto por mucho tiempo va a chocar con la no sustentatibilidad de deuda".Ejemplificó con cifras. "Argentina tenía en el año 2000 una relación deuda/PBI cercana al 45% en el 2001 del 54%", alertó Guidotti.Agregó que la estrategia "es particularmente riesgosa si consideramos las posibles cambios en los escenarios internacionales que viene con aumentos en las tasad de interés con menor crecimiento de China", entre otros."La Argentina tiene pocos instrumentos para reducir la vulnerabilidad", dijo y apuntó a dos elementos: el bajo nivel de reservas, "Argentina es el país con menor adecuación de reservas en América Latina" y a la imposibilidad de contar con la red de seguridad que son los organismos internacionales", concluyó el economista.Fuente:Télam
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