Con prácticamente 150 años de historia en el país, lejos de transformarse en espacios obsoletos, incluso cuando la tecnología parece devorarse todo a su paso, las bibliotecas populares celebran hoy su día con la fuerza que transmiten los jóvenes que acuden en busca de la última saga; el estudiante que necesita de una guía para llegar a información precisa, la madre de familia que intenta involucrarse en las tareas de sus niños y no cuenta con el material…La presidenta de la Biblioteca Popular Sarmiento de Santa Ana y también de la Federación Misionera de Bibliotecas Populares, Elsa Tañski, explicó a PRIMERA EDICIÓN que con la expansión de la red informática mundial en algún momento surgió la idea de “ahora no nos van a consultar más”; sin embargo no fue tan así; “porque lo que no se encuentra en los libros que están en la biblioteca, los mismos bibliotecarios están entrenados para buscarlo adecuadamente en Internet y producir la información precisa y de acuerdo a lo que necesita el usuario”.Asimismo, añadió que si bien “estamos ‘tecnologizados’, el libro sigue siendo prioridad en todos lados, incluso las grandes compañías reconocen que sólo un 20% de los clientes se adhiere a la lectura digital, o sea que la cuestión está en atender todo tipo de información, de formato y de soporte, pero siempre privilegiando el libro”.En este contexto, “los estudiantes acuden mucho porque tienen que buscar temas específicos, por eso la sección de ‘referencia’ de las bibliotecas es siempre muy solicitada; pero también tenemos que tener en cuenta algo muy importante, que es el acceso al libro de recreación, especialmente en las localidades pequeñas, donde seguramente no hay librerías o un gran kiosco donde conseguir material de lectura”, mencionó Tañski.Y subrayó que un detalle no menor es el costo económico, puesto que cada biblioteca enfrenta su importe de membresía y la mayoría está sujeta a una cuota muy baja, siempre teniendo en cuenta la situación de sus usuarios; por eso muchos adolescentes hallan en estos espacios las últimas sagas que supieron instalarse como una moda y que en el comercio superan incluso los 500 pesos; así es como esta franja etaria se convirtió en “amiga de la casa”.Obviamente esto puede darse porque quienes están al frente conocen a su público y buscan, “justamente, lo que se adapta a los usuarios que tenemos, que también tiene que ver con las distintas zonas de la provincia” y las características de las bibliotecas populares, que permiten llevar el material a sus casas, entonces entra a los domicilios, es compartido” y la lectura llega sin límites.Un poco de historiaTañski contó que “las bibliotecas populares tal cual como son, con sus características, con su modalidad de administración, son únicas en el mundo prácticamente y se crearon de acuerdo a la Ley 419 del año 1870, siendo presidente Domingo Sarmiento, y con ellas nace también la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), que existe hasta nuestros días”. Tiempo después, la normativa se modernizó y amplió en 1985 (Ley 23.351).En la tierra colorada estos mágicos espacios vieron la luz hace ya más de un siglo, cuando alrededor de 1910, coincidentemente con el centenario de la Revolución de Mayo, empezaron a dar los primeros pasos. Y de estas pioneras, cada una con su historia particular, cuatro continúan al lado de la gente, la de Concepción de la Sierra, Bernardino Rivadavia; Posadas, de la capital; Patricios Argentinos, de San Ignacio y Sarmiento, de Santa Ana; “todas trabajan activamente y poseen un patrimonio bibliográfico muy importante e interesante”, refirió la presidenta, quien sumó que “después de estas primeras formaciones transcurrieron más de treinta años hasta que se fundaran otras en el centro de la provincia”.Por estos días, en Argentina hay cerca de 2 mil bibliotecas populares, cuarenta de ellas instaladas en Misiones, algunas en proceso de formación o trabajando pero tratando de formalizar con la comisión nacional para recibir los beneficios”, detalló la presidenta.E hizo hincapié en que lamentablemente, “teniendo en cuenta los departamentos y la cantidad de municipios, estamos en negativo, tendríamos que tener más bibliotecas, por lo menos una por municipio. Sin embargo hoy por hoy los departamentos que están sobre las rutas 12 y 14 tienen por lo menos una cada uno, lo ideal es que haya más, pero es muy difícil de lograr porque se trabaja con el voluntariado y el punto más complicado es hacer frente a los gastos de recursos humanos”.
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