Entusiasmo y ganas de desafiarse en pequeños proyectos son el motor de hombres y mujeres que encontraron en el centro de jubilados Cristo Rey un espacio de encuentro, de charlas y de alegría. Así, una mantilla de crochet, un almohadón, un cuadrito o un mantel pintado a mano son el resultado de momentos de dedicación compartida entre pares durante las clases que allí se dictan. Con gran alegría, los y las participantes de estos talleres de manualidades desarrollados durante todo el año presentaron sus trabajos a la comunidad. Fue en el marco del día del Jubilado, que se conmemora cada 20 de septiembre.“Estuvimos presentando todo lo realizado este año. Se acercaron los vecinos y familiares, y se vendieron muchas cosas, almohadones, carpetitas, cuadros, todo lo que realizan las participantes en los talleres”, destacó a PRIMERA EDICIÓN Marta Capaia, presidenta de dicho centro de jubilados que depende de Pami.También está a cargo de cocinar diariamente para los 45 abuelos que se acercan a almorzar en la sede social ubicada en Monteagudo 2.350, casi calle Herrera. Entre ellos está Francisca Ferreira, quien con 88 años asiste a diario. “Vive a dos cuadras del centro y siempre está llena de energía, es una alegría conversar con ella”, destacó Capaia.Fruto del trabajo Entre las piezas expuestas, se destaca un cubrecama realizado en crochet por Elsa, una de las participantes. El trabajo le demandó más de ocho meses.Las clases de manualidades son dos veces por semana y están a cargo de Zulma, una jubilada que se capacitó en estas técnicas y las comparte con las participantes.Pensando en 2017De cara a un nuevo año, Capaia indicó que “queremos comenzar con clases de baile, que es algo que nos vienen pidiendo hace rato ya”. Para ello están gestionando los profesores a través de Pami. “Folclore quieren aprender, y nunca es tarde para hacerlo, así que vamos a procurar concretarlo”, indicó Capaia.
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