Señora Directora: No es ninguna novedad la demanda turística de nuestra provincia; tampoco es resultado de ningún sorteo o porque esté de moda. Siempre lo fue por sus atragantes paisajes y lo seguirá siendo por la gracia de su Creador.Cuando llegaron los primeros “yuruas” a estos dominios e internándose en ellos se llenaron de asombro y admiración al encontrar viviendas y ríos por doquier con sus nominativos propios. A saber: karibe, yuca, guairá, urugai, ypané, moxos, guaraní, mburucuyá, paraguai, tapé, paraná, yguasú, tupí, ka á, yjhe ê, luego río de Solís (su descubridor).Los americanos son en verdad los nativos, no indios, siguen siendo los auténticos dueños del “nuevo” continente. No como los “yuruas” llenos de humo dice: fueron; sólo falta que los anulemos del mapa, negar sus derechos, negar su idioma. Nos nuestros nos disminuyen porque las cosas foráneas e impuestas nos elevan.De ser así, más nos vale buscar otro lugar o países que nos den linajes o personalidad. Felizmente somos americanos, totalmente paisanos. Yo me siento misionero y guaraní y me llena de orgullo, por ello es mi Pachamama. Nada que ver con la sangre de otro mundo.Alá es grande. La tierra colorada es mi cuna; para ella todo mi agradecimiento y la defenderé con ardor de misionero y argentino. Aquí me sentí, estudié, formé hogar y mi alegría no tendrá fin. ¿Entonces a quién defender? Obviamente a la región guaraní.No seamos verseros, tan falsos. Saquémonos las caretas. Ha llegado la hora de reivindicación, honrar a los titulares de este lugar, quienes fueron los primeros en jurar nuestra independencia como pueblos libres y se merece un gran monumento. Juntando monedas, luego derretirlas y todos estaríamos participando con todo honor.Festejemos el nacimiento de su integrador. Recordemos a su glorioso fundador. Hoy una ciudad estudiosa con un nombre horroroso por pertenecer al Supremo Director y quien fuera el torturador del padre adoptivo de nuestro nativo libertador: hasta hoy sin reparación. ¿Esta es la pasión misionerista?Desde la gran hazaña del Mbororé, 150 años antes de la Revolución de Mayo, ya nos estaban dando la sublime lección de cómo se ama y se defiende nuestra hermosa tierra; sumándole la adhesión a la Primera Junta, más la ayuda a las tropas del general Manuel Belgrano, aquí en Candelaria, yendo a Asunción con su mensaje libertador y el desarrollo de América. He aquí una misión sublime y americanista, sin cretinismo. Pero volviendo a lo nuestro como misioneros, hasta perdimos la histórica higuera bayo cuya sombra descansara el creador de nuestra enseña nacional, por desidia de no enseñarse ni conocer nuestra verdad histórica desde el génesis que tanto nos atañe como comprovincianos en resguardo de nuestra identidad; sin ofendernos con los motes que nos hacen siempre petulantes.Con su brillo propio: Misiones es el nombre que más se pronuncia en nuestra patria y por la dicha de vivir en ella, en cualquier rincón de ella. Es nuestro blasón, o no seremos nada. Esa es la cuestión.Con la presencia de los jesuitas y el abrazo sincero de los guaraníes por la voluntad de Dios, por esa gran alianza, es nuestra obligación que nos despertemos y reivindiquemos y podamos sustentar nuestra única identidad sin pretender otro linaje, pues con falsedades e incongruencias no será posible. ¿Pero si confesamos nuestra mea culpa, el misionerismo auténtico será una realidad concreta, sabiendo que la tierra que habitamos fue mal habida, con qué derecho levantaremos nuestra frente?Si quienes trabajamos en esta sagrada provincia, pensamos que cada quien puede ser misionero a su manera, es un necio total. Los guaraníes nunca fueron esclavos; los jesuitas fueron sus grandes maestros y junto lograron una bella y única identidad musical.Nuestra provincia posee una portentosa historia que nadie podrá torcer y menos con falsedades o falta de enseñanza documentada. La Fiesta Nacional del Inmigrante y la Estudiantina son muy comentadas, sin que ninguna de ellas resalte los merecimientos de la tierra que los cobijan, estudian y progresan. Se olvidaron de agradecer.Sin que haya ninguna oposición, sería linda una alegoría como homenaje y la fiesta sería completa. Ha quedado lejos el rango misionerista.Se acerca el Festival del Litoral en que nuestra provincia debiera lucirse, y las demás provincias participantes con sus músicas y cuadros costumbristas que los representen para orgullo de la Nación. Misiones: renombrada por su belleza por tantos turistas, el Festival es otra oportunidad en que el municipio tendrá que lucirse para lo cual todos nos sobran.Es ocasión de agradecer por las bendiciones recibidas gracias a nuestros ancestros que fueron luchadores tan valientes por integrarnos a nuestra Gran Argentina y que nosotros seamos dignos herederos, si en verdad nos reputamos misioneros y guaraníes.
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