Señora Directora: El pasado jueves, 8 de septiembre, visitó la provincia de Misiones el secretario de Seguridad de la Nación, licenciado Eugenio Burzaco, con una agenda que incluyó la presentación “de manera oficial el Programa Nacional de Compactación (Pronacom) de vehículos secuestrados por la Justicia y además dio inicio al seminario sobre crimen organizado del que participaron las cuatro fuerzas federales junto a las de las provincias del Norte Grande” (textual de PRIMERA EDICIÓN).En esa oportunidad brindó declaraciones a este diario y entre otras cosas dijo: “Mediante un trabajo profundo hemos detectado argentinos que se han formado en Isis. Y eso es algo que realmente nos preocupa, porque sabemos que han estado en zonas calientes del conflicto, en Siria o el norte de Irak. Hay ciudadanos que han ido y han vuelto, al país o a países vecinos como Uruguay"Y agregó: "Estamos trabajando para evitar ese fenómeno de ’células dormidas’, porque la experiencia nos dice que una o dos personas con pocos recursos pero mucha decisión pueden generar un desastre".Llaman poderosamente la atención estas declaraciones del Secretario de Seguridad de la Nación en un contexto en que en distintos medios, tanto internacionales como nacionales y locales, circulan fuertes versiones sobre las intenciones de los Estados Unidos de Norteamérica de instalar sendas bases militares en nuestro país, una en Ushuaia y otra en Misiones. El Washington Post, por ejemplo, destacó en oportunidad de la visita presidencial del país del norte que “Obama y Mauricio Macri inauguraron ‘una nueva etapa de acercamiento tras años de desencuentros y mutua desconfianza’, y que acordaron trabajar a favor de un mayor intercambio comercial, la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”. Sin embargo, en nuestro continente no se conoce actividad terrorista alguna.Además estas desafortunadas declaraciones aparecen a horas de llevarse a cabo el Foro Provincial por la Soberanía contra la base militar de Estados Unidos en la región, organizado por la Multisectorial por la Soberanía Nacional y Regional, con la disertación de la profesora Elsa Bruzzone, especialista en geopolítica y recursos naturales, miembro del Centro de Militares para la democracia de la Argentina (Cemida) y ex asesora ad honorem el Congreso de la Nación en materia de recursos naturales, ex asesora, además, del Consejo de Defensa de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), justamente, para concientizar a la población sobre las consecuencias que tendrían para nuestro país y para el continente si estas intenciones se tradujeran en hechos.Si bien es cierto que casi inmediatamente la Secretaría de Seguridad de la Nación emitió un comunicado bajando el tono a esas declaraciones, no desmintió ninguno de los dichos del secretario a PRIMERA EDICIÓN.Esta multisectorial, desea expresar su profunda preocupación por estas declaraciones que han tenido una muy amplia repercusión en medios nacionales y no así su desmentida.A esta altura de los acontecimientos, a nadie escapa que hace mucho tiempo que la zona de la Triple Frontera viene siendo objeto de estigmatización.Desde el atentado a la embajada de Israel, en 1992, se caracteriza a la Triple Frontera como lugar de financiamiento del terrorismo y de alojamiento de “células terroristas dormidas”Este procedimiento viene siendo utilizado sistemáticamente por la diplomacia estadounidense para construir “enemigos” en lugares que cuentan con recursos naturales que desean controlar.Cabe destacar que el concepto de Triple Frontera fue acuñado, precisamente, por los servicios de inteligencia del país del norte y sus aliados, y es un concepto que engloba a todo el Cono Sur; es decir el continente sur americano. Si bien las ciudades de Puerto Iguazú, Foz do Iguaçú y Ciudad del Este determinan un punto geográfico donde confluyen los hitos de tres países, Argentina, Brasil y Paraguay, la presencia de una base militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) implica el control sobre el agua dulce, contenida en el Acuífero Guaraní, tercera reserva mundial del vital líquido, de una extensión de 1.194.000 Km2 bajo el suelo de toda la Mesopotamia, compartido con Brasil, Paraguay y Uruguay. Implica también el control sobre la Amazonía por su gran riqueza en biodiversidad, ambicionada por los laboratorios del norte; sobre las reservas petrolíferas y gasíferas de Bolivia, Brasil, Venezuela y Argentina, además de las reservas más importantes de litio, que compartimos con Bolivia.La base en Ushuaia, cerraría el anillo sobre el cono sur, ya que junto a la base militar de la Otan emplazada en Malvinas, les permitiría controlar no sólo la inmensa reserva pesquera de nuestra plataforma continental, sino también el petróleo, el agua dulce contenida en los hielos continentales y en la Antártida, además de minerales de suma importancia para la industria aeroespacial, contenida en el fondo marino de nuestra plataforma continental.Todo esto, complementada con la rehabilitación de la Cuarta Flota, perteneciente al Comando Sur con asiento en Miami (La Florida), que navega circunvalando constantemente el continente suramericano, partiendo de su asiento natural, pasando por el estrecho de Magallanes y regresando a su base por el canal de Panamá, equipada con tecnología de última generación, con capacidad para realizar espionaje electrónico y si fuera el caso, ataques aéreos rápidos y contundentes.Esta es una apretada síntesis de lo que significa la presencia militar estadounidense y sus aliados de la Otan en América Latina, sin hablar de la injerencia en la política doméstica de cada uno de los países de lo que ellos llaman su “patio trasero”, en ello se enmarca la destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dado que Brasil estaba construyendo un submarino nuclear para defender su reserva petrolífera en el mar continental.Por todo lo dicho y lo no dicho, la Multisectorial por la Soberanía Nacional y Regional, considera que la presencia militar norteamericana en la región implica una pérdida de soberanía sobre nuestro territorio, nuestro espacio aéreo, nuestro espacio marítimo y nuestro subsuelo.Por ello, distintos partidos políticos, organizaciones sociales, organizaciones barriales y ciudadanos preocupados, nos constituimos en una multisectorial provincial, para decirle al gobierno nacional y a la sociedad toda que no estamos de acuerdo con la instalación de bases militares en ningún lugar de nuestro continente.
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