“¿Cuándo fue la última vez que tuviste miedo? No a que te pase algo sino a pensar que nunca te pasaría nada… ¿Cuándo fue la última vez que te traicionaste; que te animaste, que tuviste un sueño, que creíste, que te arrepentiste; que retornaste, que te abriste a la pregunta? ¿Hace cuánto no nos duchamos sin tiempo; sintiendo correr el agua por el cuerpo hasta que el cuerpo se vuelva agua?…”Con esta interpelación, el admirado divulgador de filosofía Darío Sztajnszrajber, visitará nuevamente Posadas. Esta vez, lo hará junto a su banda Desencajados, y con la excusa del rock hablará sobre filosofía o…, con la excusa de la filosofía propondrá algo de rock. Será el 10 de septiembre en el auditorio del Instituto Montoya En estos días nos vas a regalar otra esperada visita a Misiones. La primera tardó más de cuatro años y de pronto en este 2016 ya serán tres.“Vuelvo muy contento a Posadas, impulsado por una recepción muy impactante. La charla que hicimos en abril, dejó a muchos afuera, me enteré luego que hubo una fila importante de gente que no pudo entrar. Con esta posibilidad de volver estuvimos afinando con la gente del auditorio Montoya para la presencia de Desencajados, el show que hacemos de Filosofía y Música, para el 10 de septiembre que fue lo más requerido por la juventud misionera, que tiene muchas ganas de ver de qué manera se puede combinar el rock nacional con la filosofía”.¿De qué se trata "Desencajados"?Es un show que surge de un encuentro entre diferentes reflexiones filosóficas con clásicos del rock nacional de los años ‘80 y los ‘90, donde encontramos la posibilidad de poner a dialogar dos géneros que en principio parecen no encajar mucho, no comulgar entre sí; pero sin embargo, lo que vemos es que ambos están atravesados por la misma búsqueda, que tiene que ver con la pregunta por el sentido, con las grandes cuestiones existenciales. Entonces, en el escenario voy haciendo una serie de preguntas y reflexiones, pero con una banda de rock en vivo, que va tocando los temas, no de manera independiente sino interviniendo e interrumpiendo cada uno de mis enunciados, de mis dichos y preguntas. Se va generando así un continuo donde la palabra da lugar a la canción y la canción a la palabra, y así estamos por mas de dos horas recorriendo grandes temáticas, como el amor, el tiempo, el poder, la angustia, el lenguaje y los recorremos tanto a través de elaboraciones filosóficas como temas de Spinetta, Charly, Fito, Los Redondos, Soda Stereo, distintas bandas y solistas nacionales, de los cuales encontramos canciones muy representativas de lo que queremos hablar. ¿Por qué tenemos que considerar importante la divulgación de la filosofía?A eso se refiere un poco lo que busca tanto el ciclo Mentira La Verdad como Desencajados, pero desde otro lenguaje estético, dado por 2O temas fundamentales del rock nacional. Me parece, básicamente, que el conocimiento se ha ido elitizando en los últimos tiempos y se ha vuelto -en ese sentido- una esfera que no generaba una emancipación real para una ciudadanía para la cual, todo desarrollo de un pensamiento crítico, no puede sino generar una situación de libertad. Cuando uno se da cuenta que los saberes que se presentan a sí mismos de manera “neutral”, son en realidad un gran dispositivo para la legitimación del status quo y de los privilegios de las clases hegemónicas, entonces ese mismo saber tiene que poder generar, de manera inversa, las situaciones de resquebrajamiento para emprender un momento de emancipación y de socialización democrática, que lamentablemente muchas veces se pierde. Hay que entender que esa concepción del “saber” como algo distante, de algún modo está elitizada, generada para que la ciudadanía en su mayoría no se apropie de ese conocimiento y lo utilice para motivaciones más políticas. Yo creo que todo saber es político y la politización del saber puede ser utilizada para la legitimación de los discursos dominantes, o todo lo contrario: para una emancipación de los más desposeídos en aras de una sociedad más libre y más justa. Pero el campo de conflicto está puesto en el “saber”. La divulgación supone una política. Una política de la divulgación pensada en términos libertarios.Vos planteás que estamos asistiendo a una elitización del saber, pero ¿no es ese el cuestionamiento que ya le hacía Sócrates a los sofistas en la antigua Grecia?Totalmente. Lo que digo es que se viene repitiendo un dispositivo en el cual el saber y el poder van de la mano. Lo que hizo Sócrates en su momento es evidenciar ese vínculo y le costó la vida. En el caso de Sócrates y los sofistas es donde de algún modo emerge esa relación entre el saber y el poder. Es un tema que viene atravesando nuestra cultura y lo que más me interesa subrayar es cómo esa propensión a pensar el conocimiento tiene que ser “apolítico”, o que no tiene una incidencia directa en cuestiones de poder. Entendiendo, especialmente a Michel Foucault que la relación saber-poder es clave para entender de qué modo se ejercen las relaciones de poder más importantes. En tu primera visita ponías un fuerte énfasis en que la filosofía tenía que recuperar su lugar original y volver a la calle. Algo de eso estás haciendo con la cuarta temporada de “Mentira La Verdad”…Retomamos esa peculiaridad inicial de la filosofía. De hecho la bajada del programa en esta temporada es “Filosofía en la Calle”, donde voy recorriendo distintos espacios para dar clases públicas de filosofía en Capital Federal, Rosario (Santa Fe) y la Ciudad de La Plata. Voy recorriendo estos lugares explicando grandes libros de la filosofía. Estuvimos, por ejemplo, en la costanera de Rosario, donde asistieron más de mil personas y yo iba dando estas clases y dialogando con el público a través de sus intervenciones. También estuvimos en la Catedral de La Plata, la Biblioteca Nacional, avenidas de Buenos Aires, con una masividad importante. Esta cuarta temporada es una manera de apostar a la popularización y democratización de la filosofía, porque básicamente lo que uno presencia es cómo la filosofía, de manera horizontal, va generando diálogos, preguntas e interpelaciones. Uno de los programas lo hicimos en la cárcel, en uno de los patios de la Unidad Penal de San Martín. Hablamos de filosofía con los presos, donde trabajamos un texto de Emmanuel Levinas sobre la “Otredad”. Hablar del Otro en un contexto carcelario, fue una situación muy fuerte y muy representativa de lo que queremos trabajar desde la filosofía. Lo mismo en Rosario, donde compartimos con muchos chicos, que participaron activamente, hicieron preguntas y opinaron. Eso nos permitió vislumbrar ese compartimiento generacional que pueden hacer de la filosofía un lugar de encuentro. Fue muy satisfactorio para nosotros ver como llegábamos a distintas generaciones. T
odos los programas tienen su singularidad, pero esos dos son impactantes por lo que te conté.Colaboración: Myrian VeraPeriodista
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