En la visita que realizó la semana pasada al Congreso, en la que brindó un informe sobre numerosos temas relativos a su gestión, el jefe de Gabinete del Gobierno nacional, Marcos Peña, aseguró que en el Presupuesto nacional 2017 se incluirán los fondos necesarios para construir la conexión de la red troncal del Gasoducto del Nordeste (G-NEA) a Misiones y Corrientes.El anuncio no estuvo acompañado de precisiones necesarias, como los montos de la asignación presupuestaria correspondiente a la inversión a realizar en esta etapa, o la forma en que se reanudará el proceso licitatorio interrumpido en el marco del cambio de gobierno; sin embargo, las palabras del funcionario no desalienta un moderado optimismo respecto a esta importante, y demorada en exceso, megaobra de infraestructura.“En virtud de la situación encontrada que requiere de asignación de fondos permanentes para terminar las obras en curso, fondos que no fueron debidamente presupuestados por la administración que nos precedió, en la elaboración del Presupuesto Nacional 2017 a ser presentado oportunamente en el Congreso de la Nación, se incluirán las erogaciones correspondientes a esta nueva etapa de obra GNEA en el tramo que comprende a las provincias de Corrientes y Misiones”, indicó Peña en su informe a los diputados. Sin sobrevalorar lo que por ahora no es más que un anuncio informal, cabe señalar que desde que se interrumpieron los trabajos, en vísperas de las pasadas elecciones nacionales, las declaraciones respecto al G-NEA que se hicieron públicas, oficial u oficiosamente, nunca se refirieron a las interrumpidas licitaciones de la extensión del caño troncal a Corrientes y Misiones. Es saludable, por ello, oír a un funcionario de primer nivel de la Nación, afirmar que ésta asume la responsabilidad de cumplir con la Ley 24.076, aprobada por el Congreso, y buscará concluir el proyecto respetando su trazado original y el objetivo de extender a todo el NEA el servicio, esencial, de gas natural.
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