Un interno de la Unidad Penal 6 de Villa Lanús afirmó a PRIMERA EDICIÓN que puso en venta sus órganos para poder pagar un abogado particular. Se trata de Fabián Romano (31), quien es oriundo de la localidad bonaerense de Tigre.El mismo aseguró que está detenido en Misiones desde hace tres meses, tras ser “acusado de intentar hurtar un estéreo de una camioneta estacionada”, y que sin embargo, la Justicia lo procesó “por tentativa de robo calificado”.Romano recibió a este medio ayer durante el horario de visita, ya que no está incomunicado. Afirmó que desde que está preso es la primera vez que alguien lo va a ver y que su familia reside en Buenos Aires (es padre de cuatro menores, una adolescente de 15 años y tres varones de 13, 9 y 6), y hace siete meses que no tiene contacto con ellos.En primer término habló de su firme determinación y de por qué llegó a tomarla: “Decidí poner en venta mis órganos porque los pocos recursos económicos que tenía para poder contratar los servicios de un abogado particular ya los agoté. Estuve en contacto solamente en dos ocasiones con un defensor oficial y fue antes de ser alojado en esta penitenciaría. La última vez que lo vi se negó a atenderme, alegando que yo era mentiroso porque no le dije que tenía antecedentes por robo. Le dije que yo ya purgué condena por ello y pagué mi deuda ante la Justicia. Pero ahora, nadie se ocupó de mi caso en Misiones, nadie me vino a ver”, precisó. Luego agregó que “día tras día aumenta mi angustia, por saber que puedo estar preso varios años sin que nadie apele por mí ante la Justicia”.Confesión y arrepentimientoMás adelante Romano manifestó que “como desde un principio yo admití mi culpabilidad y lo sigo haciendo. Estoy arrepentido y quiero recuperar la libertad, hacer una nueva vida. En Posadas intenté sacar un estéreo de una camioneta estacionada, en el barrio Laurel. Esa tarde estaba drogado. Yo tengo problemas con las drogas, perdí a mi familia por ese flagelo (está separado desde hace 5 años) e incluso solicité que me envíen a un programa de rehabilitación. Pero nadie me escuchó. No sé por qué en Misiones me procesaron por tentativa de robo calificado cuando al momento del hecho yo no tenía arma alguna. Incluso cuando quise sustraer el estéreo una persona me apuñaló en siete ocasiones y estuve ocho días internado y en recuperación en el hospital Madariaga de Posadas. Fue allí que leí unos folletos con informes acerca de los trasplantes y de la gran cantidad de gente que los necesita. Creo que mi libertad no tiene precio. Estoy decidido a vender algún órgano con tal de obtenerla”.Aclaró que “no hago esto porque alguna persona me lo dijo, es una entera decisión mía. Es más, venía elaborando la idea y el pasado 11 de julio, la fecha en que mi hija mayor cumplió quince años, me sentí muy mal por no poder estar junto a ella en su cumpleaños. Entonces tomé esta difícil decisión”. Romano aseguró que “no padezco enfermedades, no tengo sida, y si alguien quiere someterme a un análisis estoy dispuesto a hacerlo”. Antes de regresar a su celda, confió que “no estoy inscripto en una lista de donantes”.Qué dice la Ley ArgentinaLa legislación argentina prohíbe en forma expresa la venta y compra de órganos, ya sean éstos provenientes de personas vivas o cadavéricas.En todos los casos, la donación de órganos para trasplantes es de carácter solidario y altruista. De hecho, como en casi toda América latina y muchos países del mundo, Argentina sólo acepta la donación de órganos de personas con diagnóstico de muerte cerebral o de personas vivas relacionadas, es decir parientes directos: padres, hijos, hermanos. Esta restricción, impuesta para evitar cualquier posibilidad de comercio de órganos o coacción para donar, no existe en todos los países, entre ellos Bolivia, Sudáfrica, Filipinas, India y China, que precisamente suenan como destinos del llamado turismo trasplantológico. En Argentina, de acuerdo a la Ley 24.193 y su reciente modificación a través de la Ley 26.066 (que habilitó la figura del donante presunto), una persona viva sólo puede donar sus órganos en casos de extrema necesidad y ante la falta de donantes cadavéricos, debiendo existir un vínculo familiar. Esta alternativa se refiere únicamente al caso de riñón e hígado.ExcepciónLa única excepción a la ley en el caso de donante vivo relacionado es el caso de trasplante de médula ósea. En este caso el donante siempre es un donante vivo y puede no ser familiar.La ley habilita a ser donante a cualquier persona mayor de 18 años que lo desee, sin las limitaciones de parentesco.En forma expresa, la Ley 24.193 prohíbe en su artículo 27 “toda contraprestación u otro beneficio por la dación de órganos o tejidos, en vida o para después de la muerte, y la intermediación con fines de lucro. La inducción o coacción al dador para dar una respuesta afirmativa respecto a la dación de órganos”.
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