Una conflictiva relación familiar caldeada por la vieja y constante disputa por un terreno y una vivienda, serían los detonantes de un homicidio planificado, de un cruel disparo en la cabeza de María Ester Yess de 63 años.La principal sospechosa, de 31 años e hija de la víctima fatal, fue detenida el lunes pasado el mediodía, cuando el test de guantelete de parafina dio resultado positivo. En su mano derecha había restos de pólvora que apuntaban a que habría disparado pocas horas antes.La orden de detención la emitió el juez de Puerto Rico, Osvaldo Rubén Lunge y alcanzó al concubino de la sospechosa, un joven de 24 años que fue atrapado en su vivienda de Caraguatay. Testigos lo vieron en su motocicleta minutos antes del crimen en inmediaciones de la casa de María Yess, pero también habría pruebas e indicios de su presencia dentro del mismo inmueble.De acuerdo a las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, el homicidio se habría convertido en el trágico desenlace. La relación familiar en la vivienda de la calle Río Grande 145 de Puerto Rico se habría transformado en tormentosa e insostenible entre María Yess y su hija y la actual pareja.Una semana antes de que fuera asesinada, María recompuso el vínculo con su hija y le permitió que regresara a Puerto Rico y compartiera el techo con sus nietas, que habían quedado bajo su tutela. La coartada del asesinato que ofreció la hija se desvaneció en pocas horas ante los peritos criminalistas e investigadores de la Unidad Regional IV y de la Dirección de Homicidios de la Jefatura de Policía.El disparo jamás partió de la ventana del kiosco de María Yess. Esta fue hallada dentro de la vivienda tendida en una posición imposible de coincidir con la dirección manifestada. A este detalle se sumó el rastro de otro disparo hallado en una heladera. Como tampoco jamás existió el llamado del timbre del pequeño comercio y menos aún discusión alguna con el hombre que señaló como sospechoso, y que correspondía a quien había sido liberado seis días antes, imputado por un delito contra la integridad sexual.Las pruebas se hilvanaron rápidamente con las sospechas y las detenciones no tardaron. El sujeto apuntado como el victimario en un primer momento, estuvo lejos de la escena del crimen. De todas maneras imperó la prudencia y el apuntado se presentó y quedó demorado en una comisaría de Puerto Rico.A las pocas horas los principales sospechosos fueron detenidos. Y se recogieron las puntas de ovillo que tejen la trama de un crimen planificado. Constantes peleas y amenazas habría padecido María Yess por los reclamos de un terreno y la casa, el adelanto de los pocos bienes que poseía y que se negaba a dejárselos en manos de una hija investigada por su posible participación en el contrabando de cigarrillos de fabricación paraguaya, en el que también habría intervenido su actual novio. Entre las posibilidades, se baraja que la hija de María Yess pergeñó el crimen junto a su pareja cuando se enteraron de la liberación del acusado por un caso de abuso sexual, y que este sujeto sería el indudable asesino. Buscando esto imploró perdón de su progenitora para reiniciar la relación familiar, pese a que ya se tramitaban medidas cautelares en el Juzgado de Familia de Puerto Rico, que le extendían a María la potestad de sus nietas y que su hija no se aproximara al hogar.Buscan reconstruir la moto y encontrar un revólver 22Anoche se realizaban nuevos allanamientos en Carguatay tratando de ubicar todas las partes de la motocicleta en que se movilizaba el novio de la hija de María Yess. Se sospecha que el joven, sin trabajo fijo y oficio aparente, desarmó el vehículo el lunes de madrugada varias horas después de las 21 del domingo, cuando se conoció el homicidio en Puerto Rico.Los investigadores también buscan un revólver calibre 22, que se presume fue el utilizado para matar a la mujer de 63 años. Una arma de similares característica la víctima guardaba en su hogar, y al no ser hallada en el inmueble se estableció como un elemento clave para esclarecer definitivamente lo sucedido.
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