Un episodio violento ocurrido el pasado 10 de diciembre en plena Reserva de Biosfera Yabotí dejó nuevamente expuesta la carencia de medios, elementos de seguridad y amparo legal de quienes son guardianes de la biodiversidad en las áreas protegidas de la provincia. Los guardaparques advirtieron en las últimas horas que la “incapacidad de Ecología” en la resolución de estas necesidades “les puede costar la vida”, por lo cual “ya no estamos dispuestos a inmolarnos por la causa ni estamos en condiciones de cuidar el patrimonio de todos”. A través de una carta pública en la red social Facebook, temerosos de las represalias oficiales que ya en otras ocasiones inició sumarios a quienes se animaron a dar la cara en el reclamo, los guardaparques describieron la cruda realidad que les toca día a día en las áreas protegidas de Misiones, particularmente cuando deben enfrentarse con cazadores furtivos fuertemente armados. Es que justamente, una de las facetas más importantes del trabajo del guardaparque es el relativo al control y fiscalización, “que conlleva un alto riesgo para la vida del personal y la necesidad de equipamiento especial”. “Las cobardes y mezquinas dilaciones en solucionar problemas de fondo como equipamiento de seguridad, comunicación, capacitación, indumentaria, armas reglamentarias y manual de procedimientos no tienen contemplación. Esas dilaciones son el resultado de la incapacidad personal y grupal de los funcionarios jerárquicos en las oficinas del Ministerio de Ecología” refirieron, y rogaron a los funcionarios que “jueguen al gran bonete con sus vidas, no con la vida del personal”. Expuestos y sin apoyoEl grupo de guardaparques que advirtió la situación precaria en la que prestan servicios los 125 integrantes del cuerpo provincial, hicieron especial mención del encontronazo ocurrido el 10 de julio en un lote privado de Yabotí, en inmediaciones de la costa del río Pepirí Guazú, en San Pedro, y por el cual se abrió un expediente penal en la Justicia Federal. “Este tipo de situaciones demuestra que los esfuerzos personales y grupales que hace el cuerpo de Guardaparques de Misiones para cumplir con su misión, no son correspondidos con la misma contundencia por las autoridades del Ministerio de Ecología, ya sea en la defensa pública y legal de su personal o lo que respecta a dotar al personal de todo el equipamiento”, señalaron. “Estos funcionarios jerárquicos de turno deben tomar conciencia de que su incapacidad de gestión nos puede costar la vida, y actualmente nos está matando la vocación y ganas de trabajar. En estas precarias circunstancias el personal Guardaparques está abochornado y desmotivado para realizar la función que demanda la ley XVI – N° 71”, lamentaron. Inmolarse por la causaEn los últimos años, guardaparques y propietarios de reservas privadas denuncian el aumento constante del furtivismo en las áreas protegidas de Misiones, con cazadores extranjeros que por lo general están fuertemente armados y disparan a matar antes de dejarse capturar. Una lucha desigual que deja a los guardaparques en una situación claramente desventajosa, y al monte en virtual desprotección. El grupo recordó que apenas un pequeño porcentaje del furtivismo es detectado y sancionado por guardaparques “que le ponen ganas y superan las falencias institucionales: la falta de equipamiento personal y de seguridad, la falta de recursos logísticos (vales de combustible), la falta de reglamentaciones que nos protejan legalmente”, pero que en estas condiciones ya no están dispuestos a poner sus vidas en riesgo. “El Cuerpo de Guardaparques de Misiones no puede seguir trabajando en las condiciones actuales, enfrentándose a infractores armados sin equipamiento, sin manual de procedimientos o sin cuestiones tan básicas como los uniformes. Ya no podemos resguardar el patrimonio de todos. No nos pidan que nos inmolemos por la causa”, finalizaron.
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