De vacaciones en Posadas, su ciudad natal, Sebastián Losada compartió con PRIMERA EDICIÓN lo que vivió durante el concurso Miller Soundclash, que busca talentos para competir por el mejor Dj del mundo. “La verdad es que después que pasó todo lo vi como un reality, en ese momento no me di cuenta. Sí que es marketing absoluto de Miller que lo hace en simultáneo en diferentes países; de hecho quien ganó a nivel mundial fue un Dj turco”, indicó. Suponer que desde Misiones desembarcaría un apasionado por la música electrónica y que lograría insertarse en el ambiente porteño es cuanto menos raro, sin embargo “Seba” (así lo llaman todos) lo logró y terminó cuarto en la selección. Un mundo diferente al que no se llega sin conocimientos previos, ya que la música lo acompañó desde pequeño. “Estudié en la Escuela de Música, fueron profesores míos Richard Cantero e Ichu Castillo. O sea, sí que tenía conocimientos, pero de electrónica es otra cosa y por eso me inscribí en una academia en Buenos Aires donde se aprende a componer, recibís conocimientos electrónicos más avanzados, como conectar consolas con la computadora y usar programas especiales. Es muy loco, porque tenés que pensar que de cualquier sonido, de cualquier cosa que emita un sonido, vos podés crear música electrónica. Más allá de que ahora prácticamente todos los estilos musicales se convierten, pero crear algo es muy loco”. De la vida al realityFue un domingo cuando “Seba” vio que era el último día para inscribirse al concurso, “grabé el set que pedían y lo subí a la página. Pensé que tardarían más, pero a la semana me llamaron”. Según le comentaron, fueron alrededor de mil los Dj que subieron sus sets, pero gustó el del misionero. Con la juventud que le dan sus 21 años, el Dj local cuenta que vivió “la felicidad absoluta, porque fui a tocar en un club al que voy y conozco y siempre dije que tocaría ahí, pero no pensé que sería tan pronto. Nos llamaron y nos juntamos en dos oportunidades, grababan videos, teníamos un estilista. Lo bueno es que no te obligaban a hacer nada, salió todo muy natural, pero fue un despliegue monumental, pensar que estaban en las redes sociales permanentemente, te sacaban fotos y hacía videos para cada red social, una chica para Snapchat, otro para Instagram y así”. A pesar de no haber ganado el concurso, Seba rescata la experiencia, el poder conocer más sobre este tipo de música que le apasiona y también de que lo conozcan en Buenos Aires en ese ambiente. El hecho de pasar música para miles de personas genera un compromiso y “siempre nos marcaban eso de tener sensibilidad, de conectar con el público, saber qué quieren, si necesitan más intensidad o bajar un poco. Si tenés que bajar el ritmo para que descansen, vayan al baño o comprar algo, tenés que estar atento a la gente y sentir la pista para poder conectar”. Además comentó que en Buenos Aires, después de lo que pasó en la fiesta electrónica de Costa Salguero donde murieron cinco jóvenes, “están como cuidando más la imagen de la electrónica y rescatando la música en otro tipo de ambientes, se forman como un clubes donde se habla ese idioma, que es diferente al de todos los días”. De esta manera, el joven combina sus estudios de Abogacía mientras se vuelca a los números tributarios que más le gustan y despunta la pasión con este que considera su cable a tierra. “Hay momentos en que pinta música y otros el estudio. Así son los días. Sí tuve que dejar un trabajo para poder ir a las clases de electrónica y sin dejar la ‘facu’”, cerró “Seba”, aunque nada arrepentido de esa apuesta.
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