A finales del siglo XVIII España y Portugal perdieron vigor como potencias imperiales, a favor de Holanda y Gran Bretaña. Además, en los años anteriores al proceso de independencia, el mundo internacional sufrió cambios sustanciales y bastante rápidos.La emancipación de sus trece colonias en 1776, con ayuda militar y financiera de España y Francia, debilitó políticamente a Gran Bretaña. A su vez la Francia revolucionaria de 1789 mutó años después en el Imperio Napoleónico. La capacidad productiva de Francia y Gales, protagonistas de la primera revolución industrial, se vio facilitada por el poderío naval de la flota británica (militar y comercial). En ese marco, la Batalla Naval de Trafalgar en 1805 sobre la flota franco-española, le otorgó el dominio indiscutido de los mares. Pero la expansión y conquistas de Napoleón Bonaparte le cerraron el mercado europeo. La necesidad y la búsqueda de mercados alternativos explican las invasiones inglesas al Río de la Plata en 1806 y 1807. Además, una de las consecuencias de la política militar de Napoleón, fue la quiebra completa del régimen monárquico de Portugal, anexada en 1807 y de España invadida en 1808.Pero el pueblo español se levantó en armas y resistió la ocupación de su territorio por parte de las tropas francesas. Espontáneamente se formaron Juntas de Gobierno locales reunidas luego en una Junta Suprema Central como representante de la soberanía del Rey Fernando VII. Pese a su lucha, en 1810 las fuerzas Napoleónicas ocuparon toda España. El dominio napoleónico sobre Europa se prolongó hasta 1814, siendo definitivamente derrotado en la Batalla de Waterloo el 18 de Junio de 1815.Esta situación desencadenó la reacción de sus colonias hispano-americanas. En el Virreinato del Río de la Plata, se conformó el 25 de Mayo de 1810 una Junta de Gobierno, en nombre del Rey Fernando VII. Para algunos de los protagonistas de la Revolución de Mayo, Moreno entre ellos, el rompimiento político con el sistema colonial era solo una condición previa, para un cambio posterior más profundo y estructural. Los verdaderos objetivos sociales y económicos del flamante gobierno local en 1810, era la independencia total, no proclamada en esos momentos, pero que requería un afianzamiento previo de la libertad comercial.Como en casi todos los movimientos de cambio, la estrategia de nuestra revolución se fue perfilando en etapas sucesivas. El hecho cierto fue que el país cortaría su relación con el Imperio Español y al mismo tiempo, se articulaba en un creciente capitalismo mundial, dentro de la esfera de influencia inglesa.A partir de 1810 y en varias oportunidades, los revolucionarios defensores de los intereses del puerto de Buenos Aires, convocaron a los representantes del interior para organizar un gobierno central, pues resultaba necesario reemplazar la estructura virreinal y sobre todo, la organización y conducción centralizada de la guerra contra los realistas americanos.Pero la conformación de ese gobierno central, enfrentó serios obstáculos y se dilató en el tiempo. En 1814 retornó al trono de España el Rey Fernando VII decidido a recuperar sus colonias americanas, entre ellas el Río de la Plata. Pero esa expedición militar cambio su derrotero y ahogó en sangre la insurrección en Venezuela y Nueva Granada.De allí la convocatoria a un congreso de representantes provinciales, que reunidos en Tucumán el 9 de Julio de 1816 declararon la Independencia de las Provincias Unidas, de España y de cualquier otra dominación extranjera.Después de ese acto se debatió si el estado del nuevo país, sería una República o Monarquía, federación o unidad de régimen.El congreso trasladado a Buenos Aires sancionó la Constitución de 1819, rechazada por el conjunto de las provincias, sobre todo las del litoral. En 1820 las fuerzas de los caudillos del litoral, derrotaron al gobierno central, ejercido por el Directorio.Desaparecido el régimen que las unía, cada una de las provincias buscó su propio camino… “porque en 1820 había desaparecido el gobierno de las provincias unidas, pero no la indestructible convicción de la unidad nacional”, así lo afirmaba el historiador José Luis Romero en su libro “Breve Historia de la Argentina”.Estos conceptos siguen teniendo vigencia en esta Argentina del Bicentenario de la Independencia Nacional y quizás nos permita, superar la grave coyuntura que atraviesa el país.Colaboración: profesora Susana Zouvi
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