Tachos de pintura, chapitas de gaseosas, palos de escoba, latas de pintura, bolsas de supermercado, tubos de cartón o PVC y otros tantos objetos serán bienvenidos en la campaña de objetos reciclables o reutilizables iniciada por el Programa Late, que busca fomentar la música o la expresión artística con el mínimo recurso. Nació meses atrás como un proyecto, de la mano de Ana María Bertrán y Matías Almirón, ambos licenciados en Dirección Orquestal recibidos en la Universidad Nacional de La Plata. En poco tiempo se convirtió en programa y el éxito sobrepasó los límites que podrían haberse impuesto sus ideólogos.Almirón contó que todo lo mencionado sirve para crear instrumentos. Por ejemplo, con dos vasos de yogur pegados en los extremos en los que se coloca arroz o piedritas, se puede armas un shaker para hacer ruido de samba; chapitas para confeccionar chapiteros; baldes o tachos de pintura para pegar con un palo y usar como tambor. También pequeñas botellas de vidrio, globos, llaves en desuso y botones de distintos tamaños y colores o cajitas de fósforos para usar como objetos percusivos, entre otros objetos. “La campaña es un poco eso. En los comienzos íbamos a nuestras casas, sacábamos cosas, pero como la idea se fue ampliando, necesitábamos palos de escoba, más bolsas, más tachos, tarritos, cacerolas. Entonces abrimos la campaña, la hicimos pública y vamos almacenando en las escuelas o en el mismo Parque del Conocimiento, así que si la gente tiene algo que se encuentra en el listado, será bienvenido”, agregó. Explicó que el programa “está influenciado por muchos proyectos en el mundo. Lo que fuimos haciendo es ir tomando de la influencia de cada idea, cada grupo que surgió en Brasil, en Inglaterra. Lo que busca Late es con el mínimo recurso poder fomentar la música o la expresión artística. El mínimo recurso puede ser el cuerpo, o unos tachos o lo que fuera, y poder producir música. Apunta a eso y a la cuestión lúdica. A través del juego también poder hacer música y unificar, de la unión y a través de un pulso, pensar en el otro, pensar en un ensamble, pensar en grupo”. Indicó que comenzamos este año y se pensó aplicado a las escuelas. Por estos días están cerrando el ciclo con los primeros establecimientos (Combate Mbororé, BOP 19 e Instituto Horacio Quiroga). Al finalizar los tres meses iniciarán la tarea con nuevos, más alejados de Posadas. También están presentes en escuelas rurales y urbanas de localidades del interior con el propósito de acercar esta experiencia musical.Dijo que en un primer momento los alumnos se sorprendían “porque era como que iban a una clase de música y no entendían bien porque no se tomaba un pentagrama o porque no le hacíamos cantar canciones tradicionales. Entendieron que empezar a jugar con el cuerpo era parte de la propuesta. Que no es sólo un juego, sino que empezaron a ver la coordinación y los ritmos que se armaban, explorar el cuerpo y sacar nuevos sonidos con las manos, con la boca, fue algo bastante nuevo para ellos. Al tercer o cuarto encuentro fue mas familiar el tema de empezar a explorar y a crear”. Para ello, delimitaron las edades, a partir de los diez años, porque los ejercicios a algunos los entretienen y para otros son complejos. Confió que si bien juntaron bastante elementos, se viene trabajo en nuevas escuelas y será necesario un mayor volumen. “Lo que juntamos queremos dejar en cada una de las escuelas para que sigan trabajando. Hablamos con los profesores de música, les contamos de esta nueva propuesta y ellos también aprenden, se suman a nuestras clases, a los juegos, a los ejercicios musicales y canto. Entienden la propuesta y decidirán si la siguen aplicando o no. En el caso que lo hagan, les quedan los objetos para seguir trabajando”, acotó Almirón, que estudió junto a Bertrán, se encontraron trabajando en Posadas y decidieron embarcarse en este proyecto. La esenciaAlmirón sostuvo que la elección del nombre fue por el significado que tiene la esencia del proyecto, que es fomentar el gusto por la música, con el cuerpo musical, con lo intuitivo, con lo primero que uno tiene la experiencia que es el cuerpo, la voz y la percusión corporal. “Lo que da vida a nuestra esencia expresiva está relacionado con un latido. Toda música tiene un pulso, que está relacionado al latido del corazón. No existe música sin un pulso. Todo eso se conjuga en el nombre Late, que da vida a algo”, contó. El proyecto también tiene referencia a la niñez: “Jugar con instrumentos que son objetos como latas, tachos, y ese latido es como cuando uno viene a la vida. Un juego de conceptos que va hacia la esencia de la música y del ser humano”, definió.
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