En muchas áreas de la economía, el nuevo Gobierno nacional se ve obligado a enfrentar problemáticas heredadas de la década pasada, que resultan difíciles de resolver, como la tendencia inflacionaria que en el mes de abril llegó a un pico histórico, el más alto crecimiento mensual en los últimos 14 años.Estos problemas de arrastre causan dificultades que afectan a la vida del ciudadano común, como es el caso del reciente aumento de precio de las naftas, y con ello se tiende a generar tensiones que inciden en el humor social y de ahí en el clima político; dejando por esta causa fuera de la visión de la actualidad a las propuestas de fondo, que buscan implantar, en la economía nacional, las bases de un nuevo paradigma.En este aspecto, se debe recalcar que, en materia económica, si se busca mantener el timón de cara a la recuperación del crecimiento sobre una base genuina y acorde con las potencialidades del país, que no son pocas, se debe levantar la mirada más allá de la coyuntura. Es el caso del debatido proyecto de la hidrovía, que en la última década se subordinó a otras visiones u objetivos, descuidando un problema central, cual es asegurar la conectividad con el mundo y especialmente con el área Pacífico, abriendo, en ese marco, una adecuada salida a los mercados para los productos argentinos de exportación.A esta temática insoslayable se refirió, recientemente, el titular del Enapro (organismo administrador del puerto de Rosario) y director ejecutivo del Consejo Portuario Argentino, Ángel Elías, quien observó que hoy “hay voluntad política no sólo en Argentina para avanzar con un temario clave para la utilización de la hidrovía, a la que adjudicó “un futuro importantísimo”.“Hoy hay una noción de apertura, que es promisoria. Existe otra visión y hay voluntad para avanzar en las obras duras necesarias para el correcto funcionamiento de la hidrovía, pero también sobre regulaciones y sobre todos los problemas reales existentes”, remarcó.
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